Sede Macro
Del 20.12.07 al 03.01.08

Uso y abuso.

Remirar una colección

Castagnino+macro

La colección del macro tiene la particularidad de centrarse en el arte argentino contemporáneo y de haberse constituido a partir de una política de adquisición de obras que contó con el apoyo de varias instituciones pero fundamentalmente con el apoyo de los artistas.

Esta se planteó desde un primer momento como una colección viva, permanentemente puesta en cuestión, permanentemente exhibida, permanentemente usada. Intervenirla posibilita ocupar un espacio dado e imaginar relaciones formales, conceptuales, contextuales, provocando distintos tipos de experiencias a partir de un conjunto inicial de obras. Esto permite trazar líneas que modifican y actualizan la colección como zona inestable. El uso demuestra que no es posible establecer un límite y que el exceso reescribe los bordes.

Un montaje de materiales que, en un sentido proyectual, abriría el juego, sin demasiada preocupación por los resultados, y como plantea Rafael Cippolini transformando “las salas de la institución en espacios de ensayo y prueba…”, donde la confianza y el riesgo, como materialidad, re-estructuran la práctica. Y en otro sentido, lo que subsistiría primariamente es una entidad válida como huella, de un momento al que nos han invitado a “usar” la colección, un valor de uso creado por el museo para mantenerse en actividad. ¿Qué cosas designan la política de utilización de una colección? En este caso, tal vez el cruce de un programa conciente y una intimidad producida con lo externo.

Proponemos, en esta situación, comentarios hilvanados en las distintas salas a partir de un entrelazado de relaciones entre una serie de obras de artistas de la colección, obras de la producción actual de estos mismos artistas (en algunos casos realizadas para esta exposición) y trabajos de artistas que no pertenecen a la colección del museo. Los trabajos comparten un campo de vínculos e intensidades construidos a partir de la energía alcanzada por un mínimo ejercicio: remitir una cosa a otra. La remisión de una cosa a otra es el procedimiento básico de la ampliación. Una operación que difiere de la tautología: es la diferenciación, la variación.

Tomamos la idea de desprendimiento, tanto como “acción de desprenderse trozos de una cosa” que tiene la capacidad de modificar lo que toca, así como sinónimo de compartir. Alguien desprendido es alguien desinteresado, generoso. Desde esta doble acepción, los desprendimientos propuestos presentan obras que vinculan lo interior y lo exterior desde una pluralidad de planteos estéticos, lanzando proposiciones en torno al paso del tiempo, los estados de ánimo, la intimidad, la ilusión, el deseo, la ausencia, la perdida, lo ritual, la palabra, lo personal y el cotidiano. Hasta los elementos más concretos: una mesa, un vestido, una casa, se evidencian como excusas para poner en juego subjetividades que establecen modos impredecibles de relacionarnos con nuestro entorno y que a través de sí remiten a otros lugares.

Cecilia Rabossi y Karina Granieri
noviembre de 2007

 

 

Cecilia Rabossi: Licenciada en Artes egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Miembro de la Asociación Argentina de Críticos de Arte (AACA). Curadora independiente e investigadora del Instituto de Teoría e Historia del Arte "Julio E. Payró".

Karina Granieri: Artista y curadora independiente. Graduada en la Esc. Nac. de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Del 2002 al 2006 fue responsable de las curadurías de la galería de la Fundación Centro de Estudos Brasileiros vinculando la producción de artes visuales de Brasil y Argentina. Participó del Taller de pensamiento sobre práctica artística y práctica social en la Argentina actual, invitada por el Espacio Duplus. F ue integrante delTaller Popular de Serigrafía.