Legajos

En el año 2000, el Museo Castagnino decide ampliar su patrimonio a partir de la incorporación de obras de una selección de artistas realizada bajo la recomendación de Rodrigo Alonso, Carlos Basualdo, Rubén Echagüe, Jorge Glusberg, Eva Grinstein, Gumier Maier, Nora Hochbaum, Claudia Laudano, Luis Felipe Noé, Nelly Perazzo, Julio Sánchez y Pedro Sinópoli.

De esta forma, veintisiete artistas contemporáneos rosarinos entre los que se contaban Eladia Acevedo, Rubén Baldemar, Leo Battistelli, Graciela Carnevale, Hugo Cava, Nicola Costantino, Raúl D`Amelio, Claudia del Río, Noemí Escandell, Aurelio García, Daniel García, Fabiana Ímola, Diana Kleiner, Mauro Machado, Fabián Marcaccio, Arturo Marinho, Jorge Orta, Andrea Ostera, Julio Pérez Sanz, Norberto Puzzolo, Pablo Rodríguez Jáuregui, Graciela Sacco, Daniel Scheimberg, Emilio Torti, Carlos Trilnick, Román Vitali, Dolores Zinny y Juan Maidagan fueron convocados para concretar esta propuesta, que a base de donaciones, conformaron la primera Colección de Arte Contemporáneo, cuatro años antes de la inauguración del Macro.

“Las obras, que pasan a formar parte del patrimonio del museo, ponen de manifiesto la importancia y singularidad del arte rosarino, que se construye a partir de propuestas nada sumisas a los dictados de ciertas instituciones que tradicionalmente han legitimado el arte en Argentina”.
(Extracto del texto de Fernando Farina contenido en el catálogo, que junto a una muestra en el Museo Castagnino, dan cuenta de esta iniciativa fundacional).

En esta oportunidad se proyectará en el piso 7 del Macro una obra de Liliana Porter:

Drum solo/ Solo de tambor
Nueva York, 2000
VHS color y sonido transferido a DVD- 19´
Música: Sylvia Meyer
Copia numerada en VHS 21/100
Ingresó en 2004. Donación de la artista
Número de registro: 4093

Liliana Porter (Buenos Aires, 1941) es una artista de renombre internacional que se ha destacado dentro del arte latinoamericano contemporáneo.
A los 16 años junto con su familia se traslada a México e ingresa a la Universidad Iberoamericana para especializarse en grabado. En dicho país, realiza su primera exposición individual de grabados y óleos. Regresa a Buenos Aires y emprende sus estudios de artes en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano.
En 1964, con 22 años, viaja a Nueva York. El encuentro con otros jóvenes artistas latinoamericanos y la fascinación por la escena artística de los sesenta hacen que decida instalarse definitivamente en dicha ciudad.
Junto a Luis Camnitzer y al venezolano José Guillermo Castillo, cofunda en 1965 el New York Graphic workshop, un taller destinado a apoyar la producción experimental.
Desde finales de los 60 desarrolla una poética personal, influenciada por la literatura del escritor argentino Jorge Luis Borges, en la que investiga las relaciones entre ilusión, representación artística y realidad, en impresos, arte por correo, pinturas e instalaciones. En los 80 incorpora en su obra pequeños objetos inanimados con los que genera situaciones narrativas, pequeñas puestas en escenas en la que experimenta con la pequeña y gran escala, que resultan diálogos cargados de ironía y de reflexión sobre el sentido y la realidad.En los 90 se propone nuevos desafíos que culminan en la realización de un serie de videos entre los que se encuentra Drum solo/ Solo de tambor. En ellos registra escenas mínimas, en las que la implicancia del tiempo, la música, y el encuentro de objetos y personajes generan un clima de extrañamiento que el espectador mediante sus asociaciones personales busca completar.
En su producción es recurrente su preocupación por el tema de la representación y el límite entre el objeto y su imagen. La artista define que su obra pide más que ser leída, ser reconstruida... necesita de la subjetividad del que la ve para completarse y tener sentido.