Instalación de “La civilización occidental y cristiana” de León Ferrari

 

Durante el presente año 2018 se celebró un acuerdo entre el Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino y la Fundación Augusto y León Ferrari para la exhibición de una de las obras más emblemáticas del artista argentino León Ferrari: La civilización occidental y cristiana. 

La misma se ha montado en el descanso de la escalera principal de la sede histórica en sintonía con la política curatorial que se propuso llevar adelante el museo en el último año: hacer foco en artistas nacionales y locales, ya sea destacando obras del propio acervo como también aquellas provenientes de otras instituciones museísticas otorgadas en préstamo. El objetivo es dar a conocer y reflexionar -a través de diferentes actividades dirigidas a un amplio público- acerca del arte argentino en general y del patrimonio rosarino en particular. 

León Ferrari es uno de los referentes más destacados del arte argentino y su obra La civilización occidental y cristiana, que estará expuesta en el acceso al museo, es una reflexión crítica sobre la Guerra de Vietnam (1965) y la civilización occidental y cristiana. 

Compartimos el texto de Andrea Wain para conocer más profundamente acerca de ésta polémica obra y, adjuntamos la biografía de uno de los artistas argentinos más importantes de nuestro tiempo.

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La civilización occidental y cristiana, 1965
Madera, óleo y yeso
200 x 120 x 60 cm

En 1965 León Ferrari es invitado por Romero Brest a participar en el Premio del Instituto Torcuato Di Tella. Para ese entonces, el artista está profundamente conmovido por lo que está sucediendo en la guerra de Vietnam. A partir de una fotografía de tortura publicada en La Prensa comienza a trabajar con la intención de expresar sus posturas críticas. Se inicia así el período en el que abandona por diez años la producción de obras abstractas. Ferrari realiza cuatro piezas con la temática de la guerra para la exposición. Una de las obras, es la emblemática La civilización occidental y cristiana que consiste en una escultura de un Cristo de santería crucificado sobre un avión de guerra norteamericano construido por su amigo carpintero Rogelio Pintos. Una imagen perturbadora que condensa los cuestionamientos a la violencia de la civilización occidental y a la religión Romero Brest pide que retire la pieza por resultar ofensiva para parte del personal del Instituto y sólo se exponen las otras tres obras: Cristo murió, La civilización occidental y cristiana bombardea las escuelas de Long Dien, Cauxé, LinnPhung, Mc Cay, AnTanh, An Minh, AnHoa y DucHoa y 15 votos en la OEA. Ferrari se encuentra con el dilema de si debía denunciar la censura y retirar todo o no. Finalmente, decide dejar las tres cajas que no habían sido censuradas para poder manifestar sobre los acontecimientos su postura crítica.

Un artículo de Ernesto Ramallo en el diario La Razón desacredita la legitimidad de las obras expuestas, con lo cual, Ferrari escribe y publica su célebre “La respuesta del artista” en la revista Propósitos donde manifiesta: “Lo único que le pido al arte es que me ayude a decir lo que pienso con la mayor claridad posible, a inventar los signos plásticos y críticos que me permitan con la mayor eficiencia condenar la barbarie de Occidente; es posible que alguien me demuestre que esto no es arte; no tendría ningún problema, no cambiaría de camino, me limitaría a cambiarle de nombre: tacharía arte y lo llamaría política, crítica corrosiva, cualquier cosa”.

Después de esta exposición en el Di Tella, Ferrari sigue vinculado al arte crítico y realiza varios libros entre los que se encuentra el collage literario Palabras ajenas concebido para ser representado teatralmente. Allí, 120 personajes, entre los que se encuentran Hitler, Johnson, el Papa Paulo VI, Dios y cables de noticias internacionales, entre otros, establecen un diálogo que condensa la historia de violencia en occidente.

En 1972 en el teatro Larrañaga de Buenos Aires, Pedro Asquini llevó a escena Palabras ajenas incluyendo la obra La civilización occidental y cristiana como parte de la escenografía. La obra durante los años de exilio de Ferrari y su familia en San Pablo estuvo guardada en un depósito y con la vuelta a la democracia fue exhibida en numerosas ocasiones en Argentina y en el exterior sin perder su sentido y su potencia en la actualidad.
Las censuras, las respuestas del público, las opiniones de prensa y las respuestas del artista forman parte de esta paradigmática obra.