Colección Castagnino+macro

Esta obra forma parte de un conjunto que el artista construye a partir de la lógica del pensamiento serial, donde cada pieza adquiere significado en vinculación con las demás.

Asimismo, en esta serie Echen manifiesta su plena convicción acerca del desdibujamiento de los límites entre las disciplinas artísticas, enraizada en un discurso que apela a la imposibilidad de la pintura como plenitud. En palabras del autor: “Hablar de verdad en la praxis pictórica se vuelve lícito en la medida en que el sistema de representación es entendido como simulacro”. A través de sus pinturas, intenta hacer evidente la crisis del lenguaje que está utilizando para reflexionar sobre lo que significa la praxis pictórica en la contemporaneidad. Así lo demuestran los simbólicos y esquemáticos personajes realizados a modo de boceto. Estos se hallan “en una situación de reflejo no especular”,[1] y constituyen la metáfora de un pensamiento conformado a partir del binomio racional-irracional. La pintura de Echen como anti-método responde a su hacer deconstructivo, en donde pone en juego hasta la autoridad de su autoría.

 

[1] Roberto Echen, entrevista con Yanina Bossus, junio de 2003.




Echen, Roberto

Rosario, provincia de Santa Fe, 1957
Vive y trabaja en Rosario

Artista visual, gestor cultural, curador y docente. Sus búsquedas exceden las disciplinas tradicionales, abriéndose en múltiples direcciones. Entre ellas, la instalación, el video y el net-art. No obstante, determinados planteos filosóficos y experiencias revolucionarias dadas en el campo del arte y de la música llevan al autor a reflexionar sobre las estéticas actuales, en general, y la práctica pictórica en la contemporaneidad.

En los años 80 realizó sus primeras incursiones en las artes visuales, luego de abandonar la carrera de Ingeniería Civil en la UNR. Aunque estudió pintura, dibujo y grabado con Osvaldo Boglione (1983-1986), su formación es autodidacta. La filosofía, las propuestas musicales  de compositores como John Cage y Luciano Berio así como las de Francis Bacon y las nuevas tendencias expresionistas -tanto estadounidense como alemana-, se configuran como los principales referentes a partir de los cuales Echen formulará sus concepciones teóricas y proyectos artísticos.

Su obra ha sido expuesta en galerías, museos y centros culturales de diversas ciudades del país, y forma parte de colecciones públicas y privadas. Entre sus reconocimientos se halla: Mención, Salón de artistas premiados en Salones de Arte Contemporáneo, Centro Cultural Fontanarrosa, 2000;  Premio Adquisición Bolsa de Comercio, XXIV Salón de Arte Moderno; 1989.

Como funcionario público, desde 2012 se encuentra a cargo del Dpto. de Agenciamientos Artísticos del Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC). En la sede contemporánea del Museo Castagnino+macro, fue Director Artístico (2008-2011) y Curador en Jefe (2004-2010). En la sede Castagnino, creó y coordinó la Zona Emergente desde 2002, espacio destinado a mostrar la producción de los jóvenes artistas, entre otros.

Es docente titular de varias cátedras en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario y Docente Investigador, categoría 3. También dictó clases en la Escuela Municipal de Artes Visuales Manuel Musto durante el período 1984-2000.

Ha publicado libros y diversos artículos teóricos y de investigación vinculados a su actividad artística y docente. Las primeras reflexiones sobre el carácter móvil del arte y la ausencia de univocidad le llevaron a teorizar sobre el concepto de fragmental en el arte contemporáneo.

 

 




Otras obras