Colección Castagnino+macro

En las indagaciones que lleva a cabo sobre el género que practica y los materiales que emplea, en 2000, y a partir de la necesidad de un soporte rígido ya hecho y de grandes dimensiones, el autor encontró en la chapa la superficie fetiche para la representación del repertorio de formas que compone su imaginario y en el esmalte industrial, su consecuencia inevitable.

Contundentes, nítidas, brillantes, pero opacas en cuanto a su sentido, sus imágenes se presentan engañosamente familiares. En ellas abunda la naturaleza desbordada: la nieve cubriendo el mundo, la vegetación descontrolada del amazonas, la lava fluyendo de volcanes en ignición, los detalles ampliados hasta ser necesario alejarse para recuperar la forma.”1Catedral pertenece a estos desarrollos. De colores vibrantes, esta imagen de reminiscencias fantásticas, se juega entre la mímesis y lo tautológico. Precisamente, en esa tensión irresuelta radica la relevancia del quehacer como artista de Salamanco.

Asimismo, esta propuesta encuentra su antecedente en aquellas pinturas realizadas sobre carteles de venta inmobiliaria que proliferaron en Argentina durante la crisis económica y social en 2001. Allí, según, Justo Pastor Mellado el artista ensayó una especie de “pintura de la negación” al intentar tapar con sus imágenes esa tipografía punitiva al mismo tiempo que la memoria del material con sus marcas e inscripciones dejaba las huellas de ese momento de explosión política. 

1Revista virtual Bazar americano, año XI, Nº 59, noviembre-diciembre 2016.

 




Salamanco, Hernán

Buenos Aires , 1974
Vive y trabaja en Buenos Aires

Sus búsquedas personales y constantes en cuanto a los modos de producción hacen de este artista una sólida referencia en los desarrollos de la pintura contemporánea.

Hernán Salamanco se formó en Escuela Nacional de Bellas Artes. Paralelamente a estos estudios realizó una especialización el litografía en Bélgica gracias a la Beca de Apoyo a la Creación Artística, otorgada por Fondo Nacional de las Artes en 2000. A su regreso tomó clases de dibujo, color y composición con el maestro Roberto Luis Duarte y trabajó como ayudante de restauración de pintura de caballete durante un año. Formó arte del Grupo Ø -Cero barrado- y hacia fines de los años 90 comenzó a realizar su primeras pinturas comprometidas con esta práctica. Recibió distinciones como: Mención especial del jurado, 4º Premio ITAU Cultural. Programa Nacional de adquisiciones de Arte Contemporáneo. Programa Igualdad Cultural, 2013 y Primer Premio IV Salón Banco Central de la República Argentina, 2010, entre otras. Sus obras han sido expuestas en diversas ciudades de Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos e Inglaterra.