Colección Castagnino+macro




Vigo, Edgardo Antonio

La Plata, provincia de Buenos Aires, 1928
La Plata, 4 de diciembre de 1997

Edgardo Vigo fue grabador, poeta, escultor, pintor, diseñador gráfico, gestor y divulgador cultural. Pensó la creación y distribución de sus producciones por fuera de los circuitos institucionales establecidos, por el que asumió una actitud de rechazo hacia el modo en que se encontraba en su época. En este sentido a lo largo de toda su producción artística promovió proyectos basados en la experimentación, el descubrimiento y la invención con los que generaba otros vínculos con la comunidad y el espectador.

Estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad de La Plata, de donde egresó a principios de los 50.

En 1953 viajó a Francia, donde conoció al artista venezolano Jesús Soto y entró en contacto con la escena internacional. Permaneció en París hasta 1954, familiarizándose además con algunos de los acontecimientos que se estaban desarrollando en las esferas experimentales del arte.

Luego de su estadía parisina se instaló en La Plata para siempre, alejado no solo de la capital sino también de los circuitos relacionados con el arte oficial. En 1954 realizó una exposición de objetos con móviles de madera, encerrados en cajas, que ofrecían variadas posibilidades para atraer al público a participar. Tres años después creó sus primeras máquinas inútiles. Una serie de objetos irónicos entre los que se hallan la Bi-tri-cicleta ingenua con ruedas cruzadas incapaces de girar (1960) y el Palanganómetro mecedor para críticos de arte (1963). Con estas obras, Vigo juega a descubrir asociaciones insólitas basándose en la ironía y utilizando, principalmente, materiales de desecho.

En 1962 fundó y dirigió la revista Diagonal Cero, que publicó veintiocho números trimestrales que difunden la “novísima poesía” internacional.

Ya por estos años realizaba grabados. La xilografía es una de las modalidades con las que llevó a cabo diversos trabajos instaurando giros en la propia técnica. Asimismo, trabajó en la calle haciendo acciones, a las que documentaba minuciosamente.  

A finales de 1966 tomó contacto con algunos poetas visuales europeos como Julián Blaine y Jean Francois Bory, con quienes intercambiaba trabajos. Así surgieron sus experiencias en el arte correo, del cual es uno de los artistas pioneros en el mundo. Esta modalidad “trazó nuevas fronteras de similares intereses éticos, criticando el arte como propiedad privada y difundiéndolo a espaldas de las condiciones del mercado”.[1]

La poesía visual es otro de los géneros de los que Vigo se convierte en representante crucial en Argentina. Se trata de un género experimental muy ligado al arte correo, a través del cual los artistas trabajan con el valor extra-semántico de las palabras. La palabra pasa a ser un elemento fundamental generando una nueva dimensión visual identificada con lo alternativo.

En 1967 editó en París sus Poemas Matemáticos Barrocos. En los años posteriores, cuestionó el uso de los materiales pulidos y los espacios oficiales. Comenzó a realizar acciones que denominó “señalamientos”. Estos eventos, producidos en la vía pública, tienden a crear un desorden en el orden cotidiano con el fin de estetizarlo. Su primer señalamiento es de 1968 y se denomina Manojo de Semáforos en la ciudad de La Plata. Del mismo año es la publicación del manifiesto Un arte a realizar.

Al año siguiente, realizó su film Blanco sobre Blanco: homenaje a Kasimir Malevich. También organizó la Exposición Internacional de Novísima Poesía, en el Instituto Di Tella, en Buenos Aires.

En 1970 participó en la muestra “De la Figuración al Arte de sistemas” organizada por el CAYC, en el Museo Emilio Caraffa de Córdoba, con Luis Fernando Benedit y Nicolás García Uriburu.

En 1971 editó la revista Hexágono y en el 75, junto a Horacio Zabala, organizó la última Exposición de Arte Correo en la Galería Arte Nuevo, de la ciudad de Buenos Aires.

En 1991 expuso una muestra retrospectiva en la Fundación San Telmo. También fue invitado a exponer en la XXII Bienal de San Pablo, en 1994, como representante oficial de la Argentina. En el mismo año, realizó la muestra “1954-1994” en la Fundación Artes Visuales de La Plata.

En 1997 expuso en el ICI, Buenos Aires, y participó de la primera Bienal del Mercosur en Porto Alegre, Brasil.

Durante su trayectoria, además de las mencionadas, editó otras revistas de carácter experimental. También trabajó en la elaboración de libros de artista tanto en forma individual como en grupos.

Expuso individual y colectivamente en el país y en el extranjero.

Agosto 2023

 

[1] Herrera María José, “Los años setenta y ochenta en el arte argentino”, en Burucúa, José Emilio (Director de tomo), Nueva Historia Argentina. Arte, Sociedad y política, Vol. II, Buenos Aires, Sudamericana, 1999, p. 130.




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