Birri, Roma y el Fantasma

Las imágenes que integran la muestra son el resultado de una larga amistad entre Birri y Graziano tejida durante el exilio italiano cuando vivían en el barrio romano de Trastevere.

El encuentro en el exilio, la necesidad de evocar aquello lejano e invocar el intenso presente son los componentes primarios de una interpretación visual que remite al cine en una doble entrada: por el personaje de sus fotografías, el gran maestro Birri, y por la conceptualización de la secuencia y el movimiento que ponen en juego las piezas visuales de la exposición. Fotografías en movimiento, abstractas y pictóricas que logran generar una narrativa temporal, una idea de devenir, una reflexión sobre el tiempo y la vida. Las imágenes de Graziano se lanzan a la búsqueda de lo poético a través de una ruptura con el referente, un acto revolucionario en una larga tradición fotográfica.

Durante esos años de intensa creación y producción para ambos, Graziano fue testigo y pudo registrar con su cámara momentos de la intimidad de Fernando Birri. Estas fotografías y otras piezas del archivo personal de Roberto constituyen la sección documental de la muestra.

Birri fue algo más que un cineasta: fue un teórico del cine, profesor y educador que implantó múltiples experiencias de enseñanza de cine y televisión, entre las cuales se destacan la creación de la Escuela de Cine de Santa Fe y la escuela de Cuba, que fue sin duda la más brillante y avanzada. También fue pintor, escritor y poeta y su influencia ha enriquecido a varias generaciones de creadores y creadoras de todo nuestro continente. Fue un visionario, un libertario.

Roberto Graziano forma parte de una generación de artistas, escritores e intelectuales que se nutrió y consolidó su formación durante el exilio en la ciudad de Roma. Nace en Buenos Aires, vive durante treinta y cinco años en Trastevere, barrio bohemio de la capital italiana. Consagrado diseñador textil. Vinculado al arte y el diseño, la imagen fue siempre el objeto central de su producción. A fines de la década de los 80, en medio de un entorno efervescente conoce a Federico Fellini con quien mantiene un vínculo. La mirada atenta y las palabras de incentivo del maestro motivaron a Graziano a retomar la fotografía de forma definitiva.

Realizó más de cuarenta exposiciones individuales nacionales e internacionales. Sus temas con frecuencia indagan sobre las representaciones culturales argentinas. En su serie Los rostros del arte retrató con su singular estética a importantes figuras del campo artístico, entre ellos Víctor Magariños D., Carlos Gorriarena, Rómulo Maccio, Josefina Robirosa, Hilda Mans, Rogelio Pollesello, Silvina Benguaria, Felipe Noé, León Ferrari, Federico Brook, Antonio Seguí y Julio Le Parc, entre otros. Su obra se mostró en Argentina en el Museo de Arte Decorativo, en el Palacio Nacional de las Artes, Palais de Glace, el Museo del Cine, el Centro Cultural Recoleta, el CC Borges en Buenos Aires; en La Plata en el Museo de Arte Latinoamericano y en el Teatro Argentino; y en el Museo Castagnino de Mar del Plata. En Europa en Casa América de Madrid y Sevilla; en la Cidade da Cultura en Santiago de Compostela, en las sedes del Instituto Cervantes de Viena y Bruselas; en la Cite Universitaire de Paris; en el Instituto Italo-Latino Americano (IILA) y en la sede de la Comisión europea en Roma. Así como también en numerosas galerías de Argentina y Europa.

Sus fotografías ilustraron innumerables revistas, libros y publicaciones vinculadas a la cultura y el arte, entre ellas la prestigiosa revista española Litoral. Es co-autor de “Al Andaluz. Cuando Iberia era musulmana, una mirada a nuestro pasado andalusí”, un libro histórico-fotográfico editado en España.

Actualmente reside en Argentina y desarrolla sus actividades entre Roma y Buenos Aires.