macro
Del 10.05.24 al 21.07.24

Soy bidi

Ana Wandzik

Soy bidi

Soy bidi forma parte del Programa macro.Irradiaciones, el programa anual del Museo de arte contemporáneo de Rosario que se desarrolla entre mayo y octubre de 2024.

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“Vemos cómo en el mundo orgánico, cuando se debilita y oscurece la reflexión, la gracia se eleva con más brillo y autoridad. Pero así como la intersección de dos líneas se pierde en el infinito para súbitamente volver a encontrarse del otro lado, o la imagen de un espejo cóncavo vuelve a aparecer ante nosotros después de haberse alejado hacia el infinito, así también la gracia regresa cuando el conocimiento se ha perdido en el infinito; de manera que se manifiesta en su máxima intensidad tanto en el cuerpo de un ser humano que carece de conciencia, como en el que posee una conciencia infinita”
Heinrich von Kleist Sobre el teatro de marionetas
 

 

Ana recolecta ramitas que provienen de distintos lugares geográficos de Rosario, de alrededores de su casa y de la isla. Comparten un claro y obvio origen común, todas se desprendieron de un árbol en algún momento. Cayeron al suelo y fueron recolectadas. Ante sus ojos son un medio, materia prima para el dibujo que ha caído de los árboles. Son ritmos, direcciones, líneas, texturas, movimientos. Muchxs artistas somos recolectores, lo recolectado puede variar muchísimo: recortes de revistas, cartones, vajilla rota, imágenes, objetos de toda clase y procedencia, curiosidades, sensaciones, recuerdos, ideas, etc. La recolección es un método de conocimiento del mundo y nuestra relación con él. Un espíritu exploratorio. En esa recolección vemos algo digno de ser guardado, algo con características especiales sea por sí mismo o en potencia. Y aunque esas características sean algo insignificante, algún detalle curioso, una torcedura graciosa o una corteza singular, la recolección nos llevará de viaje por esos accidentes y singularidades que trae consigo cada objeto recolectado.

Si cada rama es una línea, muchas líneas al lado de otras podrán ser vistas como tramas. Estos conjuntos formarán el sustrato de la pintura que recibirán luego. Un lienzo para nada inocuo. Si en algún momento lxs artistas se revelaron contra el esterilizado cubo blanco, Ana parece necesitar un soporte que tenga historia, volumen, accidente, irregularidad, capricho, relieve. Sus bordados también son un soporte para el dibujo. El volumen los convierte en objetos, los ritmos de los puntos del bordado se van ubicando uno al lado de otro formando por líneas sucesivas planos de color texturados. ¿Dónde empieza la pintura? ¿Dónde el dibujo? ¿Dónde la escultura? El dibujo es el alma de las pinturas, grabados, collages y bordados.

Ana escribió un cuento llamado Lxs bidis (*), en donde un dibujo sale de paseo en busca de su autoconocimiento. Cree reconocerse en un grabado que cruza por el camino, cree verse en un collage que encuentra detrás de los árboles, cree identificarse con un bordado que ve sentado en un banco mirando el río. Ante cada uno de estos encuentros, dibujo pregunta: ¿Sos un dibujo? Y sus colegas responden con las características que le son propias, que los hacen ser. Dibujo parece feliz y divertido, flotando en el bosque de los encuentros. Vuelve a su casa y reflexiona dándose cuenta de que todas las características que los demás enunciaron acerca de sí se encontraban ya en sí mismo. Así el dibujo parece verse reflejado en todas las otras formas bidimensionales. Porque un dibujo tiene su potencial como pintura, su potencial grabado, su potencial danza. El acto de dibujar trae consigo la potencia de lo posible. El dibujo al inicio de su búsqueda desconoce sus posibilidades. Podríamos entonces leer Lxs bidis de forma invertida. Un dibujo sale una mañana de paseo conociendo su potencial de pintura, de grabado, de collage, y en cada uno de ellos se ve reflejado en las cualidades de la pintura, del grabado y del collage. Pero no lo es, o lo es potencialmente.

En muchas instancias el arte nos desafía a deshacernos del conocimiento para llegar al conocimiento. Inventar procedimientos sin conocer exactamente el resultado. “¿Cómo salimos de acá? —se pregunta Ana. Me gustaría crear un mundo con lo que cae, realmente.” Caemos entonces para encontrarnos, en el derrotero y el accidente como forma de evadir la conciencia de lo que se busca, el conocimiento de los supuestos. Rodear lo que se busca para encontrarlo. Rodearlo para encontrar su gracia. Parece que el arte, en la obra de Ana Wandzik, es esa magia que se busca y se encuentra. No llega sola, esa magia misteriosa y escurridiza. Mirarla a los ojos es una ilusión o un destino a ser encontrado. Esos minutos de gracia, de flotación. Esa cantidad de accidentes fortuitos buscados que se abren a la sorpresa cuando nos disponemos.

Mónica Heller

 

 

 

(*) Lxs bidis 

Era una mañana de sol y un dibujo salió a caminar. Llegando a la costa se encontró con un grabado, al que le preguntó: ¿Sos un dibujo? A lo que el grabado le respondió: No, yo soy un grabado. ¿Y cómo sos? Soy profundo. El dibujo sonrió y siguió su camino, anduvo y anduvo por la arena y se encontró con una pintura. Entonces le preguntó: ¿Y vos sos un dibujo? No dibujo, yo soy una pintura. ¿Y cómo sos? Soy misteriosa. El dibujo le dio un beso en la nariz a la pintura y continuó su andar, hasta que detrás de unos árboles se encontró con un collage, al que le interrogó: Vos no sos dibujo, ¿no? ¡No! Yo soy collage. ¡Ah! ¿Y cómo sos? Soy muy dinámico. El dibujo se sentía entre absorto y divertido, así que siguió caminando hasta que sentado en un banco, mirando al río, se encontró con un bordado. Lo miró estudiándolo antes del saludo, y finalmente le hizo la gran pregunta: ¿Sos dibujo? El bordado levantó la mirada muy despacio y le confirmó que no, que era bordado. ¿Y cómo son los bordados? Somos técnicos, somos trabajadores. El dibujo asintió pensativo y siguió su camino hasta perderse en el horizonte... Al llegar a su casa, al día siguiente, sacudió sus zapatos llenos de arena y se refrescó la cara. Cuando se encontró consigo, luego del largo paseo, se preguntó curioso: ¿Y yo cómo soy? Soy profundo, misterioso, muy dinámico, técnico y trabajador. Ana Wandzik , 2021

 

 

Ana Wandzik. Nació en Rosario,1981. Es artista y editora. Realizó muestras en Oficina 26, Embrujo, Jamaica Atr Gallery, Galería de la Juventud, 2019 Spazio de Arte, El Bucle y Norma mía entre otros espacios. Publicó Galopa y otros poemas (Neutrinos, 2013), Un huracán lento (Danke, 2016), Son cosas mías (2019), Manifiesto para un arte en el marco de nada (Laguna, 2019) y Hola amiga (Ivan Rosado, 2021). Desde 2009 y hasta la actualidad, conduce junto con Maximiliano Masuelli la editorial de arte y literatura argentine Ivan RosadoVive y trabaja en Rosario.