Arden Quin, Carmelo
Rivera, Uruguay, 1913
Savigny-sur-Orge, Francia, 2010
En su juventud, Arden Quin comienza a trabajar en el campo del arte, en un principio, inclinándose hacia los apartados vanguardistas del cubismo y el futurismo. A mediados de la década del 30 conoce al maestro uruguayo Joaquín Torres García. Atraído por sus postulados constructivistas, inicia una etapa de producción basada en el uso de la geometría pura.
En 1938 se radica en Buenos Aires. Sus preocupaciones se vuelcan, además, hacia la esfera literaria. Sus estudios en filosofía y letras lo llevan a frecuentar diversos lugares de tertulia donde conoce a poetas, escritores y pintores como Edgar Bayley y Tomás Maldonado.
Ya en los 40, se empieza a gestar en el país un cambio en la forma de hacer y de pensar la práctica artística; transformación de la cual Arden Quin será uno de los principales responsables. En 1944, junto con importantes artistas, funda la revista Arturo que, dedicada a la difusión de los movimientos plásticos de abstracción geométrica, marca el desarrollo inaugural del arte concreto en la Argentina.
Asociación Arte Concreto-Invensión, Perceptismo –liderado por Raúl Lozza– y Movimiento Madí –integrado por Arden Quin, Roth Rothfuss y Gyula Kosice–, son los principales exponentes de dichas nuevas propuestas estéticas. Más allá de las diferencias suscitadas entre dichos grupos, existen ciertas características generales que permiten aunarlos. La implementación de diversas teorías de base científico-matemática, la rigurosidad geométrica y la utilización de soportes irregulares –determinados por el borde de la composición pictórica- son algunos de ellos.
Mediante estos elementos se logra cuestionar el concepto de arte vigente, poniendo en crisis tanto la representación como la ortogonalidad que rige el tradicional estatuto del cuadro-ventana. Afirmando esto, en el primer manifiesto publicado en 1944 en el único ejemplar de Arturo, Arden Quin declara: Se ve pues que no puede ser ya la ‘expresión’, la que domine el espíritu de la composición artística actual; ni mucho menos una representación, o mágica, o signo. El lugar ha sido ocupado por la invención, por la creación pura [...] Ni expresión (primitivismo); ni representación (realismo); ni simbolismo (decadencia)...
En 1948, luego de la división del movimiento Madí, este artista se traslada definitivamente a París. En esta ciudad continúa desarrollando diversas series de obras donde la experimentación le permite renovarse continuamente, siempre dentro de los parámetros de la geometría. Puntos, líneas rectas, formas poligonales son algunos de los elementos que Arden Quin selecciona del gran universo geométrico, para construir sus pinturas objetuales, móviles y coplanales. Figuras articuladas colocadas libremente sobre el muro, planos yuxtapuestos de colores vibrantes o superficies monocromas y composiciones de direcciones oblicuas constituyen un claro ejemplo del uso personal tanto de la geometría como de los diversos elementos que componen el lenguaje plástico. A este modo de operar puede agregarse la utilización de materiales no convencionales tales como: botones, metal, plástico transparente y esferas de cristal, entre otros.