El Museo incorpora una obra de Ermete De Lorenzi

Gracias al generoso aporte de dos empresarios locales, el Museo Castagnino+macro incorpora al patrimonio la obra Sin título (1932) de Ermete De Lorenzi.

Castagnino+macro
Sin título (detalle), Ermete De Lorenzi
Sin título, Ermete De Lorenzi


A través de una expeditiva gestión llevada adelante por la Fundación Castagnino en la MicroFeria de Arte Rosario —en el marco de la 4° Quincena del Arte—, el museo suma por primera vez a la colección una pieza del reconocido arquitecto santafesino. Esta obra fue adquirida a la galería Herlitzka + Faria e ingresa al museo como donación del arquitecto Gabriel Redolfi junto a otro importante empresario local anónimo.

Con la incorporación de esta pieza se materializa uno de los objetivos institucionales: seguir trabajando en la ampliación de la colección de arte argentino del museo.

Recordamos que los principales modos de incorporación de obras al patrimonio son el Salón Nacional, con foco en el arte contemporáneo, y las donaciones, tanto institucionales como de privados, como este último caso. 

La obra se presentará al público en la sala central del Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino el viernes 29 a las 18 h en la segunda jornada de Noche de Museos Abiertos.

 

Acerca de la obra

Sin título, 1932
Témpera sobre cartón
85.5 x 47 cm

 

Proveniencia

Anticuario Edipo-Decó, Buenos Aires, especialista en obras de arte Art Nouveau y Art Decó. Colección Joaquín Molina, Buenos Aires quien la adquirió al anticuario arriba mencionado a principios de la década de 1980.

 

Ermete De Lorenzi

Hijo de inmigrantes piamonteses, nació en 1900 en El Trébol, Santa Fe. Gracias al apoyo económico de su familia desarrolló una carrera fructífera y ecléctica. Se interesó por la plástica, la poesía, la música, la tecnología, y la arquitectura y fue también militante estudiantil, docente y teórico. Ganó premios y concursos y viajó por el mundo.

Se recibió de arquitecto en 1927 y fundó su estudio que tuvo una oficina en Buenos Aires y otra en Rosario.

Radicado en Rosario, comienza una fecunda tarea que dejaría su impronta hasta nuestros días, innovando la arquitectura de la ciudad. Su obra más importante fue sin dudas el edificio para la compañía de seguros La Comercial de Rosario, una de las mejores expresiones de la arquitectura moderna de la ciudad. Entre sus decenas de obras se destacan la casa de sus padres (hoy Museo de la Memoria, y los edificios Gilardoni y De Bernardis (todos en Rosario); además del Nuevo Banco Italiano, el Círculo Médico Argentino, la Municipalidad de Vicente López y las Oficinas Sáenz, en Buenos Aires y alrededores.

Supo experimentar en la composición decorativa geometrizada y simplificada, acorde al Art Déco. Lejos del mote de “híbrido”, es una figura ejemplar por su capacidad para reconocer los nuevos problemas y géneros inscriptos en la noción cambiante de la arquitectura.