Augusto Schiavoni nació en Rosario el 18 de julio de 1893. Comenzó su formación académica en el Instituto de Bellas Artes "Doménico Morelli" (fundado por el decorador y escenógrafo Mateo Casella en Rosario en 1906) y continuó con su formación en la Academia Fomento de Bellas Artes, dirigida en ese entonces por Ferruccio Pagni.
En 1914 viajó a Florencia, Italia y asistió al taller de Giovanni Costetti durante tres años junto a Manuel Musto.
En 1915 Schiavoni conoció a Petorutti que había llegado a Florencia en 1913, un año antes que él. En su libro Un pintor frente al espejo se refiere a anécdotas juveniles compartidas junto a los rosarinos: “Entre los compañeros pintores que venían a visitarme se encontraban dos rosarinos a quienes recuerdo con mucho afecto: Manuel Musto y Augusto Schiavoni. Alquilaban juntos una misma pieza en las vecindades del Duomo, una inmensa, espléndida pieza amueblada a todo lujo, con dos grandes ventanales a la calle y salida hacia un corredor, emplazada en un segundo piso. Schiavoni me tenía confianza y me lo consultaba todo” “...tenía un hablar balbuciente tan peculiar. Muy influenciado por su maestro florentino, ceñido demasiado a los viejos conceptos”.
Las obras de la etapa florentina son las realizadas entre 1915 y 1917 -año en el que regresa al país- y son el fruto de su experiencia europea y del aprendizaje con Costetti. La mayoría de las obras de este período que conforman la colección del Museo Castagnino son óleos sobre cartón, de pequeño formato, resueltos en el marco del naturalismo académico. En el conjunto, se evidencia su investigación en diferentes líneas: rasgos academicistas en la mayoría de las obras, entre las que cabe destacar "El hombre de la capa", estudios de luz con la típica mancha macchiaiolista sobre el rostro de "Estudio" y el inicio en el lenguaje que luego caracterizaría su producción, consecuencia de la personal interpretación de los conceptos aprendidos en el taller de Costetti en "Autorretrato" de 1915.
El estudio de los primitivos italianos y la producción intelectual y artística florentina contemporánea influyeron la obra de Schiavoni . La búsqueda de un nuevo orden se reconoce en muchos de los escritos del momento, entre ellos los de Carrá, quien abandonó el futurismo e impulsó en Italia el movimiento conocido como retorno al orden: la pintura debía sostenerse en la construcción de la estructura y el color.
En la etapa rosarina (1917- 1934), se acentuarán las características del Autorretrato de 1915, especialmente el acento lineal, la materia opaca y la paleta luminosa que derivará hacia una mayor síntesis formal y cromática. La atmósfera que trasunta su obra en este período y que resulta de su peculiar manera de componer, es el rasgo más logrado de su producción.
La pintura debía ser construcción y color: esa era la premisa que se percibía en Florencia en los años en que Schiavoni asistía al taller de Costetti. El maestro estaba en sintonía con las nuevas interpretaciones de lo clásico que ya derivaban en la escuela novecentista, adhería a estos postulados y así lo demuestra su propia producción. Coincidiendo con la estadía de Schiavoni en Florencia se gestaba una cultura visual "que contrastaba con las tendencias vanguardistas, impregnadas del deseo de unir arte y vida, espacio y tiempo". Los artistas aspiraban a construir un imaginario caracterizado por la revalorización del plano bidimensional, la articulación no ilusionista de la figura con el fondo, el silencio, el hieratismo y la intención de colocar el tiempo en "suspensión". Se trataba de un realismo sintético, conclusión de la influencia de la cultura filosófica alemana (Nietszche), de la pintura de tradición simbolista (Bocklin) y de algunos pintores primitivos cuatrocentistas.
La respuesta a cómo habrán repercutido estas relaciones e influencias en el taller de Costetti, si éste habrá constituido un lugar de debate y/o afirmación de valores modernos y tendencias, la encontramos en la obra de nuestro artista: él adquirió en Florencia una sólida formación académica de forma y color, el dominio del trazo, el sentido del equilibrio y la solidez de la cultura clásica, que logró conducir a un alto nivel de tensión logrando un lenguaje personal y moderno. La obra de Schiavoni expresa preceptos universales, valores estético-formales clásicos -proporción, composición y claridad- que se han transformado creando un sistema nuevo donde esos valores se anuncian con modernidad. Schiavoni conquista la esencia, la estructura, el rigor de la línea que construye las formas para volcarse al oficio en la recuperación de la esencia del ideal clásico, de los géneros pictóricos tradicionales y del realismo en clave de figuras solitarias y objetos inanimados en una atmósfera de "misterio". Su obra "[...] cobra una dirección tal que se establece una relación contradictoria [entre clasicismo y modernidad], por un lado se aproxima y por otro se aparta, muestra distancia al aproximarse y aproximación al apartarse. Niega el presente nuevo y valora el presente que mira hacia el pasado [...]". Es que el intento por recuperar el pasado se expresa a través de formas impregnadas por la melancolía moderna.
En el conjunto perteneciente al Museo Castagnino, prevalecen las figuras frente a los paisajes y naturalezas muertas. Las obras se caracterizan por el culto al dibujo, a la línea y por la elección de una paleta sobria y reducida que compone en planos apenas modulados. Las referencias primitivistas se materializan en la simplificación formal y espacial. Las figuras y objetos han perdido todo resto de volumen y han sido reducidos a sus mínimas posibilidades en un proceso individual que, aún en la combinación de elementos, logra presentarlos como aislados y solitarios. El uso de la línea que delimita con rigor los bordes de lo representado, intensifica la imposibilidad de comunicación de la imagen con su entorno.
Clasicismo y modernidad son conceptos que parecen inscribirse en lugares opuestos, pero a principios de siglo XX y especialmente en la época de entreguerras los valores clásicos fueron expresados en la obra de artistas que buscaron una alternativa respecto de los abstraccionismos y las vanguardias (Picasso es uno de los seguidores de estos lineamientos). La producción de Augusto Schiavoni podría ser revisada en este marco de posiciones de carácter formalista, instaladas en un horizonte próximo al clasicismo, cuyos rasgos fundamentales serían "[...] la ambición de que su obra realizada desde la nueva tradición moderna alcanzara un valor ejemplar, ahistórico o de larga duración, la creencia en la estabilidad de ciertas formas o principios fundamentales de la pintura y la escultura y la vuelta a esos principios y la consolidación de un gran estilo artístico propio del siglo XX" .
Coincidentemente con la muerte de su madre, abandonó su producción pictórica en 1934. Augusto Schiavoni murió en 1942.
María de la Paz López Carvajal
Recopilación documental:
Eugenia Calvo
Adriana Milszkevich
Nancy Rojas
María Alejandra Tavolini
Bibliografía:
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Archivos del Museo
Catálogos:
Catálogo de Exposición Retrospectiva “Augusto M. Schiavoni” Rosario: Salón de la Cooperativa Artística, 1928.
Augusto Schiavoni, Buenos Aires: Hotel Castelar, del 16 al 30 de julio, 1932
Augusto Schiavoni, Rosario: Confitería La Perla, Octubre de 1932
Augusto Schiavoni, Rosario, Asociación Estímulo de Bellas Artes, 1943.
Exposición Póstuma, Santa Fe, Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Fe, 1944.
Exposición Homenaje a los Pintores Rosarinos fallecidos, Rosario, Sociedad Argentina de Artistas Plásticos de Rosario, 1949
Muestra retrospectiva, Rosario, Museo Municipal de Bellas Artes J. B. Castagnino, con el auspicio de Amigos del Arte, 26 de Octubre de 1954.
Exposición Homenaje, Rosario, Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, auspiciada por Amigos del Arte, 1959.
Exposición homenaje, Rosario, Galería Carrillo, 13 al 26 de mayo de 1966
Augusto Schiavoni, Buenos Aires, Galería "El taller", 1966.
Augusto Schiavoni 1893- 1942, Buenos Aires, Galería Arthea, 1967.
Schiavoni 1893-1942, Santa Fe, Museo Municipal de Artes Visuales y Galería el Galpón, 22 de mayo de 1971
Schiavoni, Rosario, Krass Artes Plásticas, 1972..
Exposición Retrospectiva, Rosario, Museo Municipal de Bellas Artes J. B. Castagnino, auspiciada por Amigos del Arte, 26 de Octubre de 1974.
Exposición Retrospectiva “Augusto Schiavoni 1893-1942”, Buenos Aires, Galería Arthea, 1976.
II Salón de Otoño, Rosario, Comisión Municipal de Bellas Artes, 1918.
Schiavoni, Augusto
Rosario, provincia de Santa Fe, 1893
Rosario, provincia de Santa Fe, 1942
Augusto Manuel Cito Schiavoni y Tellería realizó su primera formación artística en esta ciudad, en el Instituto de Bellas Artes “Domenico Morelli”, dirigida por Mateo Casella y mas tarde en la Academia “Fomento de Bellas Artes”, creada en 1908 y conducida entonces por Ferruccio Pagni (1866-1935), quien había sido discípulo de Fattori. Su modernismo había atraído a otros estudiantes artistas locales. Entre ellos se encontraba Manuel Musto, quien en mayo de 1914 partiría hacia Florencia con Augusto Schiavoni con la intención de completar su formación artística. Durante esta estancia en el Viejo Mundo, Schiavoni tomará clases con Giovanni Costetti (1874-1949) y entrará en contacto con el argentino Emilio Pettoruti (c.1914) quien posteriormente apoyaría su carrera artística.
En 1918 Schiavoni se encuentra de regreso en Rosario y, por primera vez, toma parte del Salón de Otoño. A partir de entonces comenzará a intervenir asiduamente en los salones. Hacia 1922 instala su taller y casa en el barrio El Saladillo. A comienzos de junio de 1929, expone individualmente en el “Salón de la Cooperativa Artística” de Rosario, propiedad de Pedro Diez[1]. En 1931, una de sus pinturas, titulada Naturaleza Muerta, será incorporada al acervo del Museo Municipal de Bellas Artes, en el contexto del XIII Salón de Rosario. Entre el 21 de septiembre y 21 de octubre de aquel año, participa en el XXI Salón Nacional. En 1932 realiza una exposición individual en Buenos Aires, en la vanguardista “Peña del Hotel Castelar”, dirigida por Leonardo Estarico y conocida también con el nombre de “Signo”. En octubre, Schiavoni exhibirá sus obras en “Signo-Rosario”, que esta ciudad hacía uso del Salón Azul de la Confitería La Perla.
En 1934 Augusto Schiavoni abandonará definitivamente la pintura, aunque sus obras siguieron participando de salones y otras exposiciones.
A partir de entonces se han llevado a cabo algunas exhibiciones antológicas de sus pinturas. Entre éstas destaca la que en 1943, organizaron Emilio Pettoruti, Alfredo Guido, Gustavo Cochet y Juan Zocchi, en la Asociación Estímulo de Bellas Artes de Buenos Aires. También revistió especial importancia, por su envergadura, la muestra presentada por el Consejo Municipal de Cultura en el Museo Municipal de Bellas de Santa Fe, en 1944. Habrá que esperar a 1959 para ver una gran retrospectiva de Schiavoni en Rosario, en el MMBAJBC. Esta muestra fue acompañada por una conferencia de Juan Carlos Gallardo sobre la obra del artista. La siguiente exhibición de consideración será en mayo de 1966, en la Galería Carrillo de Rosario. En 1967 una presentación de características semejantes se llevará a cabo en la galería El Taller, en Buenos Aires. Por su importancia cabe mencionar asimismo las exposiciones realizadas en 1971 en la ciudad de Santa Fe[2] y las de octubre de 1974, abril de 1992 y noviembre de 2005, en el MMBAJBC de Rosario. Destacan igualmente la antológica de 1981 en Amigos del Arte de Rosario y la de 1989, en el Museo Sívori de Buenos Aires.
Augusto Schiavoni provocó un quiebre sordo en la práctica artística local, cuya repercusión e impacto solo se dejarían sentir, paulatina y quedamente con el transcurso del tiempo, hasta convertirse en un artista de culto entre muchos críticos, historiadores e artistas.
Independientemente de su alcance estético, la obra gráfica de este rosarino presente en el MMBAJBC posee un manifiesto valor documental, ya que atestigua la etapa formativa del artista, período acerca del cual se posee muy exigua información.
Aquellos dibujos fechados en Rosario, en 1914 pertenecen lógicamente a un período previo al viaje a Europa. Uno, sin título (Reg. No 2530), es parte de un grupo[3] en el que el artista se ha dedicado a capturar el torso de frente, de perfil o de espaldas de una mujer de edad madura, y en el que la modelo parece ser siempre la misma. Se trata posiblemente de ejercicios de estudio en los que Schiavoni explorase tímidamente el trabajo de sombras y el impacto compositivo de la modulación de las líneas. Lo mismo sucede con aquel otro conjunto en el que los encuadres son algo antojadizos, dando la impresión de tratarse de un primer plano alegórico, en tanto recurso utilizado para llamar nuestra atención sobre algún detalle en particular. Tal es el caso de Estudio (1914), en el que el artista parece haberse sentido atraído por el juego visual que crea el encuentro de las formas redondeadas de la silla y la manga. Este tipo de encuadre, que podríamos denominar “desencajado” será común en su producción ya se trate de dibujos o pinturas.
Ocho[4] de los grafitos, sepias y lápices de Schiavoni en la colección del MMBAJBC son, así como sin título (1914, Reg. No. 2503), estudios de la mano izquierda del artista. Se conserva igualmente un boceto de su pie (Reg. No. 2509) y otro de su rodilla (Reg. 2503). Todos ellos, claros ejercicios de aprendizaje, no parecen sin embargo intentos tan formales como aquellos más claramente ligados a su etapa florentina. En algunos de estos últimos -donde el sujeto de la representación es siempre un hombre de edad avanzada- es evidente la insistencia en lograr un equilibrio y un encuadre convenientes, prestando especial atención a la anatomía de los cuerpos. A pesar del esmerado rigor con que se aplica, hay en estas figuras un cierto resultado incómodo que les brinda un interés mayor al que tendrían si solo fuesen precisos ejercicios académicos. Tal es el caso Dino (Florencia, 11 de julio de 1915). Este era seguramente el nombre del anciano que Schiavoni retrató frecuentemente durante aquel mes, empleando como soporte el reverso de sobres de envío postal[5], hecho que a su vez puede vincularse a la falta de recursos del artista, que Emilio Pettoruti narrara años más tarde en su autobiografía[6].
Ciertamente mucho más libre y expresivo es otro conjunto de bosquejos que el rosarino denominó “dibujos al ocio”, y en las cuales realizó un registro caricaturesco de distintos personajes. Tal es el caso de sin título (1914, Reg. No. 2533), en el que Schiavoni ha representado a un joven de pie, vistiendo una levita con los faldones abiertos y separados por delante. Si bien esta obra parece haber sido realizada en tono hilarante, podemos despejar todas las dudas acerca de la intención jocosa del artista en aquellas otras en las que, con factura rápida, sumaria y burlesca, Schiavoni buscó captar en pocos trazos el aspecto general de distintos personajes. Como en sin título(Reg. No. 2512), muchas veces las figuras se encuentran superpuestas y no respetan una orientación definitiva del soporte. Pero este dibujo destaca del conjunto pues hay en él una imagen que bien podría ser un presuroso retrato de Costetti, llevando el mismo sombrero que en la fotografía conservada en el Archivo Schiavoni del MMBAJBC. Más aún, en el reverso de este dibujo Schiavoni realizaría, seguramente muchos años más tarde, uno de los pocos bocetos, si no el único, que se conservan de sus obras definitivas. En este caso es clara la relación que existe entre el paisaje anotado sucintamente y el óleo Arroyo de 1929.
Los dibujos de Schiavoni que el MMBAJBC conserva, lo muestran como un artista en búsqueda de distintas soluciones formales. Además de informarnos acerca de aquello que despertara la curiosidad del pintor durante su estancia en Florencia, en términos generales, puede afirmarse que el dibujo significó siempre un elemento de base en la obra de Augusto Schiavoni. Quizás su reiterada formación académica hizo que éste se encontrase al comienzo de todas sus pinturas, y que se sirviese de la línea más que de cualquier otro elemento para reforzar la estructura específica que da a cada cuadro.
María Eugenia Spinelli,2008
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Zocchi, Juan. “Pintores Rosarinos: Augusto Schiavoni”. Ecos de Rosario, Año I, Nº 9, Septiembre de 1943, p.15.
[1] Noticias sobre esta exhibición, que en otra parte hemos datado erróneamente (Cf. Maria Eugenia Spinelli, “Augusto Schiavoni: un artista de culto” en AAVV, Schiavoni, Ed. Museo Municipal de Bellas Artes Juan B Castagnino - Fondo Nacional de las Artes. Rosario, 2005). pueden hallarse en La Capital, Rosario, sección Arte y Teatros, “En la Cooperativa Artísitica - Augusto M. Schiavoni, realizará una exposición”, viernes 31 de mayo de 1929, p.10
[2] En la Galería El Galpón y en el Museo Municipal de Artes Visuales “Sor Josefa Díaz y Clusellas”, presentadas simultáneamente en el mes de junio.
[3] Reg. No. 2518, 2520, 2524 y 2525
[4] Reg. No. 1750, 1780, 2495, 2503, 2506, 2508, 2527 y 2529
[5] Estos sobres contuvieron impresos y, provenientes de Karslruhe – Baden, estaban dirigidos a Leonhard Lang (¿escultor?) Via Trípoli, Nº 5 - Florencia.
[6] Pettoruti, Emilio. Un pintor ante el espejo. Hachette, Buenos Aires, 1968, pp. 67/68.