En Plazoleta, Álvarez Muñoz desarrolla un lenguaje fruto de la interpretación de las corrientes luminaristas italiana y española por las que se inclinaron los artistas rosarinos activos en las primeras décadas del siglo, en el marco de una concepción tradicional de la pintura. Es el asunto lo que diferencia su intención: los artistas de Refugio encuentran en el paisaje del suburbio tratado como un apunte al aire libre, la posibilidad de traducir los principios democráticos y populares de la agrupación.
La obra fue adquirida por la Comisión Municipal de Bellas Artes en 1936. Ese año, Alvarez Muñoz realizó una exposición individual en la Sala 3 de la sede del Museo Municipal de Bellas Artes de calle San Martin 874 que la institución compartía con la Galería Renom. El Acta 229 de julio de 1936 de la Comisión Municipal de Bellas Artes detalla la compra por $100.
María de la Paz López Carvajal
Álvarez Muñoz, Joaquín
Ayacucho, provincia de Buenos Aires, 1883
Fue el primer presidente de la Agrupación Artistas Plásticos Refugio, fundada en 1932 y editora del periódico del mismo nombre desde 1933. También se desempeñó como maestro en colegios secundarios y concurrió a numerosos salones, obteniendo una medalla de oro en el Salón Municipal de San Francisco, Córdoba, en 1937.
La agrupación Refugio fundamentó su origen y su acción en el amparo a los artistas que no estaban insertos en el circuito oficial y en una labor pedagógica del arte, humanista y universal. Sus miembros asumieron el grupo como “un portador de bienes culturales a los que se les atribuye un particular prestigio y, desde el altruismo que los ilumina, tuvieron la “ponderable misión” de hacerlos llegar al pueblo”. En el complicado contexto socio cultural de la década del 30, Refugio buscó insertarse en los sectores populares acercando sus obras de arte y encontró en el tema del suburbio –que practicaron todos sus integrantes con diferentes lenguajes– las posibilidades de un mayor alcance social de la pintura. Además sostuvieron variadas actividades artísticas –una publicación periódica, conferencias y la institución del Primer Salón Barrial– para concretar el ansiado acercamiento a los sectores ajenos a la elite cultural.
Un artículo aparecido tiempo después de la clausura del Primer Salón Barrial, expone con claridad el objetivo del grupo: “dignificar al pueblo y enaltecer la conciencia popular por medio del arte, de la cultura, y de la educación humanista, vinculando en estas grandes manifestaciones del espíritu los ideales de solidaridad humana y los preceptos de la vida misma, como una necesidad que completa la aspiración progresiva del hombre”. En poco tiempo Refugio sufriría la disidencia de un grupo de artistas radicalizado políticamente, que migró a la Mutualidad de Artistas Plásticos Rosarinos, liderada desde 1933 por Antonio Berni.