Esta obra presenta una imagen figurativa mediante la cual el artista logra transmitir tanto la delicadeza de los cuerpos tallados como la intimidad de lo reproducido.
Pese a su tamaño y materialidad, la obra puede vincularse directamente con El beso de Auguste Rodin. Sin embargo, la posición de las figuras es completamente distinta en ambas, lo cual indica que más que una copia lo que efectuó Barnes fue una apropiación temática, muy común entre escultores y pintores de la época para con el arte europeo de fines del siglo XIX y principio del siglo XX.
Barnes, Eduardo
Rosario, provincia de Santa Fe, 1901
Rosario, provincia de Santa Fe, 1977
Eduardo Barnes se consolidó como uno de los escultores de gran trayectoria y notoriedad en el país por su amplia producción de temática religiosa realizada en piedra, madera y bronce.
Pasó largas temporadas de descanso, junto con su esposa, en Tanti, provincia de Córdoba. Su casa serrana recibió el nombre de La Vestal, título de una obra suya que, emplazada en la vivienda, se hallaba compuesta por tres estatuas cuyo modelo era su esposa.
Los trabajos del artista dedicados al arte sacro realizados en Rosario fueron muy prolíficos dentro de su recorrido dejando una fuerte impronta en la historia de la ciudad. Entre ellos, cabe mencionar el conjunto de esculturas de la Iglesia Juan Evangelista, y el Vía Crucis llevado a cabo en el interior de la Basílica Catedral Santuario Nuestra Señora del Rosario. Además, ideó dos bajo relieves para el Monumento a la Bandera. En uno de de ellos, representó la bendición de la primera bandera argentina, realizada por el cura-párroco de la Capilla del Rosario. En el otro, se encuentra el General Belgrano entregando a Cosme Maciel el emblema bendecido. Una importante parte de su obra fue reunida en el Museo de Arte Sacro ubicado en las catacumbas del Teatro El Círculo.
Entre sus actividades vinculadas al ámbito artístico, Barnes se desempeñó como Profesor Extraordinario en la Cátedra de Modelado de la Escuela de Arquitectura, en la UNL. También fue Profesor de Dibujo en el Colegio Nacional Nº 53 Gral. San Martín, en la Escuela Superior Nacional de Comercio, y en el Liceo Nacional de Señoritas Bernardino Rivadavia, Rosario.
Exhibió sus obras en distintas ciudades del país. En 1950 fue invitado a exponer en el Salón Internacional de Arte Sacro de Roma, y en la Bienal de Madrid de 1952.
Obtuvo gran cantidad de premios en el Salón Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires y en Salón Nacional de Rosario.