Colección Castagnino+macro

Próspero, de Julián Usandizaga, ingresó a la colección del MMBAJBC al ser galardonado con el Segundo Premio Adquisición ‘Dirección General de Cultura’ en el marco del XLVIII Salón de Rosario (1982). Temáticamente pertenece a un conjunto de obras que el artista aún continúa desarrollando, inspirándose en La Tempestad de William Shakespeare. Esta obra de teatro fue escrita en el momento en que Inglaterra se aventuraba al nuevo mundo, buscando transformarlo en colonia. En ella, Próspero, intentará mediante el uso de la magia, recobrar el poder que le ha sido arrebatado por su hermano, Antonio, por distraerse de sus obligaciones, al dedicarse al estudio de las “Artes Liberales”. El derrocado duque de Milán, Próspero, y su pequeña hija Miranda, terminarán arribando a una isla habitada por Ariel (espíritu del aire) quien entrará al servicio de Próspero; y por Calibán (un ser mitad humano y mitad monstruo) a quien Próspero esclavizará. La fuerte simbología presente en La Tempestad, como así también la clara referencia al colonialismo, convirtieron a esta pieza de Shakespeare en metáfora de la dicotomía “civilización y barbarie”. Más tarde, al ser retomados por José Enrique Rodó (Ariel, 1900) y Roberto Fernández Retamar (Calibán, 1971), sus personajes se transformarían, dentro de la teoría postcolonialista, en parábolas con las que especular acerca de la identidad latinoamericana. Los escritos de Rodó y Retamar, encarnan para esta corriente teórica dos visiones encontradas: Rodó muestra a Latinoamérica bajo el espíritu impalpable y elevado de Ariel, como opuesta a la monstruosa América anglosajona, encarnada en Calibán. Para Fernández Retamar, en cambio, America Latina esclavizada se encuentra mejor representada en la figura de Calibán, en tanto éste ha sido colonizado y sometido en su propia tierra por Próspero quien, además, le enseña su idioma para poder hacerse entender. 

Cuando Usandizaga apela a los personajes de la obra de Shakespeare lo hace a través de la mirada de Retamar. En sus dibujos parece moverse por la necesidad de expresar lo que es “propio”, “original” y primario. Afronta su obra gráfica como una suerte de indagación personal y lúdica acerca del caos, el cambio y la libertad. Es una historia cuyo desarrollo sólo él conoce en profundidad, pero que se yergue como una advertencia acerca de la imposibilidad de doblegar aquello que es identitario de una cultura. No se trata tan solo de una alegoría general acerca de la dominación, el poder y el sometimiento desde del punto de vista político o moral. Usandizaga traslada esta discusión al terreno de la plástica, convencido de que el arte debe conservar un cierto núcleo original e irreductible, incontaminado de corrientes foráneas. Las artes son después de todo, un lugar de poder. Próspero, sin ir más lejos, arriesgó su ducado para dedicarse a ellas. Pero la magia, bien aplicada, puede devolver las cosas a su inalterable estado original.


BIBLIOGRAFIA:
AGUIRRE, Osvaldo. “Julián Usandizaga: ‘Hacer un dibujo me da mucho trabajo’”. La Capital, Rosario, domingo 22 de enero de 2006
FERNÁNDEZ RETAMAR, Roberto. Calibán y otros ensayos: Nuestra America y el mundo. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1979.
LAUDANO, Claudia. “Julián Usandizaga, la piel del trazo y el cuerpo del dibujo”. La Capital, Rosario, viernes 15 de agosto de 2003.
RODO, José Enrique. Ariel. Mexico D.F., Editorial Novaro-Mexico S.A., 1957 [1909].
VERONA, Chachi. “Otra forma de mirar”. La Capital, Rosario, domingo 22 de enero de 2006.
VIGNOLI, Beatriz. “El oscuro fondo del tiempo”. La Capital, Rosario, martes 25 de marzo de 2008.
VIGNOLI, Beatriz. “Echague, Elizalde, Goñi, Lezama y Usandizaga. Cinco vascos empecinados”. La Capital, Rosario, martes 30 de Octubre de 2007.
XLVIII Salón de Rosario. MMBAJBC, Rosario, 1982.

María Eugenia Spinelli, 2008




Usandizaga, Julián

Juncal, Santa Fe, 1932
Rosario, provincia de Santa Fe, 17 de agosto de 2020

Julián Usandizaga se formó en los talleres de Marcelo Dasso y Juan Grela. Estudió arte en la Universidad Nacional del Litoral y entre 1969-1970 estudió grabado en Barcelona, España. Desde la década de 1960 ha efectuado gran cantidad de muestras individuales y participado de exhibiciones colectivas, en el país y en el exterior. Entre ellas destacan: la III Bienal Americana de Artes Gráficas de Cali (Colombia, 1975), la Bienal de Grabado de América en Maracaibo (Venezuela, 1977) y las exposiciones que se llevaron a cabo en Casa de las Américas (La Habana, Cuba, 1992); en el Museo Municipal de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez (Rosario, 1987 y 1992) y en el Centro Cultural Parque de España/AECI (Rosario, 2003).
Ha obtenido numerosos premios en salones oficiales y en 1999 recibió la Mención Especial del Jurado del Premio Adquisición Alberto J. Trabuco, al que fue invitado nuevamente en 2001.




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