Colección Castagnino+macro

Croquis integró el conjunto donado al Museo Municipal de Bellas Artes en 1925 a la muerte de Carlos Carlés. Carlés había sido Director General de la Administración de Correos y Telégrafos entre 1891 y 1898 y durante esos años mantuvo una fecunda relación epistolar con artistas europeos, la mayoría participantes del Salón de Artistas Franceses. La colección fue consecuencia de este intercambio de correspondencia y según los documentos adheridos a muchas de las obras -una de las características del conjunto es la cantidad de documentos pegados en los reversos, entre otros, estampillas, tarjetas personales y cartas de puño y letra de los artistas - éstas llegaron al país por correo, enviadas por sus propios autores. En algunos casos se dificulta la comprensión de las relaciones establecidas por el coleccionista entre documentos y obra y ejemplo de esta situación es el caso del dibujo de Segantini que nos ocupa: el soporte llevaba adherida una carta escrita en una hoja con el membrete del psiquiatra y criminólogo italiano Cesare Lombroso (1835-1909)[1]. Si bien la letra casi ilegible no permite interpretar el texto completo, fechado en 1897 (¿?), es posible interpretar un considerado agradecimiento de parte del remitente a nuestro coleccionista[2]. La documentación no es suficiente para afirmar que fue Lombroso quien envió a Carlés el dibujo de Segantini, pero podría considerarse como posibilidad.

De todas maneras, el vínculo señalado por el coleccionista manifiesta una relación entre Lombroso y nuestro artista; tal vez esta sea la obra del psiquiatra editada en 1902 y titulada Nuovi studii sul genio II- Origine e natura dei geni, en la que la figura de Segantini es objeto de su estudio en los capítulos IV, Ventajas de la libertad y V, Influencia de la pubertad. En el primero, relaciona el genio del artista con el tipo imaginativo que define como de una gran memoria visual, aguda percepción y poderosa fantasía[3]; en el segundo, Lombroso entiende que a pesar de haber sido internado de joven en un reformatorio, nuestro artista pudo escapar de su destino gracias a una fuerte impresión moral y física sufrida en su pubertad, que en combinación con un poderoso talento visual hicieron de él un artista genial[4].

Croquis es un bosquejo realizado con una línea ligera que representa una escena campesina en la que una mujer bebe agua inclinada hacia una fuente natural. Al fondo, el paisaje se resuelve con el gris del grafito y el carbón, blanco y toques de amarillo, creando una atmósfera que puede relacionarse con la producción de los años 90, en la que se destacan las imágenes idílicas de la existencia en medio de la naturaleza incontaminada. El tema de la fuente fue recurrente en Segantini y lo trató en L´amore alla fonte della vita, de 1896, Donna alla fonte de 1895-96 y La sorgente de 1894, entre otros. Simbólicamente la fuente de agua lo es también de vida espiritual y salvación, asunto que interesaba al artista en el marco de sus inclinaciones idealistas y espirituales.

 

María de la Paz López Carvajal

 

Bibliografía

BENEZIT, E. Dictionaire de peintres, sculpteurs, dessinateurs et graveurs, Paris : Librarie Grund, 1966.

EDOUARD JOSEPH, Dictionnaire biographique des artistes contemporains, Paris : Art & Edition, 1930.

BELLI, G. -P.QUINSAC A.  Segantini, , Trento: Palazzo delle Albere, 1987.

"Segantini, Giovanni." Encyclopædia Britannica. 2007. Encyclopædia Britannica Online. <http://www.britannica.com/eb/article-9066591>. [21  Sept.  2007]  

LOMBROSO CESARE, Nuovi Studi sul genio II. Origine e natura dei genii,  1902. En

<www.liberliber.it/biblioteca/l/lombroso/nuovi_studi_sul_genio_ii_origine_e_natura_dei_geni/pdf/> [29 Sept. 2007]

 

[1] En el membrete de la carta se lee “Cesare Lombroso, prof. de clínica psiquiátrica”.

[2] Agradecemos la interpretación y traducción de la carta al Sr. Mario Bani.

 

Ill Sig.

Molte grazie del suo ….che mostra gli ….congressi Della Republica Argentina e che prova quanto tesoro d´affetto ho el nuevo mondo, forse per compensazione del poco che colgo nel vecchio.

Mi creda suo affezionato

Torino 11 dic. 1897 (¿)

All´ill Charles. Buenos Aires.

 

[3]LOMBROSO CESARE, 1902, p.11

[4] Ibidem, p.12




Segantini, Giovanni

Arco, Trento, Italia, 1858
Schafberg sul Maloja, Italia, 1899

Giovanni Segantini comenzó su formación académica hacia 1874 en la Academia de Brera, en Milán. En 1879, durante la Exposición Nacional de Brera conoció a Vittore Grubicy, que se convirtió en su mecenas. Con su ayuda se instaló en Brianza y en 1886 en los alpes suizos, primero en Savognin y luego en Maloja y Soglio. En 1883 recibió la medalla de oro en Ámsterdam por su obra Ave Maria a trasbordo yentre 1886 y 1888 su fama se había consolidado gracias a la actividad promocional de su mecenas que lo presentó en la Italian Exhibition de Londres en 1888. Un año más tarde, le fue otorgada la medalla de oro en la Exposición Universal de Paris. Murió a los 41 años, mientras trabajaba en Naturaleza, uno de los paneles del Tríptico de la naturaleza que pensaba exhibir en el Pabellón de la Exposición Universal de París de 1900, referido al ciclo de la vida y a la existencia en armonía con la naturaleza.

Su obra, resultado de la asociación de una meticulosa observación de su entorno con una perspectiva estética de inclinación simbolista, lo llevó a destacarse como uno de los pintores más representativos de fin de siglo. Si bien en su primer período es evidente la influencia del verismo que predominaba en los ambientes académicos lombardos, mas tarde, en Brianza, intentó superar la pintura tradicional. La vida en la montaña intensificó su fascinación por los temas inspirados en los trabajadores de la montaña y los paisajes alpinos pintados al aire libre. Animado por Grubicy experimentó con la técnica neoimpresionista, utilizando el puntillismo no sólo con el objetivo de reproducir la vibración de la luz sino para sugerir cierto estado de contemplación e  intensificar la respuesta emocional del observador realzando la luminosidad de la escena. La  atmósfera que crea en sus cuadros está en sintonía con las interpretaciones místicas del pintor sobre la vida en comunión con la naturaleza. Instalado en Maloja desde 1894 y posiblemente inspirado en recursos literarios, derivó a una visión personal de espíritu simbolista que reveló en alegorías. Admirado por la generación siguiente de artistas modernos, Kandinsky lo consideró uno de los pioneros del arte espiritual.