En esta obra la artista interviene tres piezas fotográficas con un trozo de lana que cae en forma vertical. Precisamente, en esta instancia Hugo Petruschansky señalaba que, a pesar de utilizar estos elementos, Mettler no cae en una estética doméstica como tema de sus obras. (1)
Este trabajo forma parte de la muestra que presenta en 2001 en Buenos Aires, la cual manifiesta los antecedentes de sus trabajos posteriores, en el campo del arte de acción.
La artista formula un proyecto, en donde invita a todas las personas, sin distinción, a tejer paños celestes o blancos. El objetivo perseguido es unir estas piezas para formar una gran bandera argentina que tiene un fin solidario, ya que está destinada a fraccionarse en mantas para abrigar a quienes lo necesiten. Esta bandera tiende a ser el reflejo del entretejido social de una nueva Argentina.
En forma simultánea con este trabajo en donde centra su atención en la conciencia colectiva, la artista comienza a tejer y destejer corazones, e invita a tejer a las personas mientras relatan sus “Historias del corazón”.
No llores por mi Argentina representa el origen de este pensamiento. Según Mettler: el recorrido de la lana de un corazón destejido a través de mi ombligo y la fuerza vital necesaria para tejer esta nueva conciencia. (2)
(1) Petruschansky, Hugo, Alejandra Mettler, cat. exp., Buenos Aires, Cecilia Caballero Galería de Arte, 2001.
(2) Idem.
Mettler, Alejandra
Mar del Plata, 1965
Vive y trabaja en Buenos Aires
Comienza su formación con Basilio Celestino y Ricardo Marcángeli.
En 1981 estudia pintura y dibujo en la Escuela de Artes Visuales Bad Godesberg, en Bonn, Alemania, y luego, en Jefferson School of Visual Arts, de Minneapolis, EEUU. Más tarde toma clases con el profesor Charles Watson en el Centro Cultural Parque Laye de Río de Janeiro, y asiste a los cursos dictados por Renzi en el Centro Cultural Recoleta. En la Universidad de Buenos Aires, realiza la carrera de Diseño Gráfico.
Hace mucho tiempo que los artistas se apropian de materiales que tradicionalmente no pertenecen al ámbito del arte. A veces, los presentan de manera tal que es posible identificar el tipo y la función que cumplen usualmente. En otras ocasiones, es difícil distinguirlos porque pierden su identidad en la composición.
El trabajo de Alejandra Mettler se ubica en esta esfera de visualización. La artista utiliza simples materiales domésticos del mundo femenino que transforma ocultando su aspecto cotidiano. De ese modo, les da un nuevo sentido, que se acentúa cuando son envueltos en resina. Mettler usa madejas de lana, hilos, mangueras y cintas, y los trabaja como si estuviera dibujando con ellos. Simula delicadas líneas, garabatos, formas orgánicas o tenues geometrías.
Participó en muestras colectivas desde 1992, en Mar del Plata, Buenos Aires, Rosario, San José de Costa Rica, Caracas, Bogotá, Santo Domingo, y Miami, entre otras ciudades.
Entre las exposiciones individuales, que se inician en 1991, cabe destacar las siguientes: en 1992, en la Sala Cultural de las Naciones Unidas, Argentina, y en Claudio Valansi, Brasil; en el año 2000, en el Centro Cultural Borges, en la Fundación Giesso, y en Arte BA; y en 2001, en Cecilia Caballero Galería de Arte.