Colección Castagnino+macro




Contreras, Claudia

Ranelagh, provincia de Buenos Aires, 1956
Vive y trabaja en Buenos Aires

En 1972, comienza a realizar estudios de serigrafía y estampado industrial, con Ludovico Pérez, en Buenos Aires. Al año siguiente, concurre a una escuela de diseño, moldería y producción de objetos y juguetes de tela, en Capital Federal.
En 1974 empieza a estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes Carlos Morel, de Quilmes. Cuatro años después, viaja a Madrid, para ingresar a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
De vuelta en Buenos Aires, en 1984, asiste a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, y en 1989, a la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, especializándose en pintura.
Entre 1991 y 1994, concurre al taller de Alejandro Puente.
A partir de 1995, presenta sus obras en exposiciones colectivas.
Desarrolla su producción a través de instalaciones de objetos y fotografías, que manifiestan un fuerte compromiso con el pasado y el presente de la historia argentina. En este sentido, entran en el marco de las elaboraciones estéticas que se constituyen como una vertiente más del trabajo sobre la memoria social. (1)
Sus pequeñas piezas intervenidas de vajilla de la Fuerza Armada Argentina, sus mapas e imágenes del escudo nacional deconstruido, y sus dibujos, serigrafías y fotografías que forman parte de instalaciones, constituyen la alegoría de un país signado por determinados símbolos referenciales de una dictadura militar que deja su huella en los desaparecidos.
Siguiendo esta línea, empieza a utilizar, como medio, cuentas de papel fotocopiado con los listados de desaparecidos, para construir objetos que “conllevan idénticas proporciones de horror y belleza poética”. (2) El Rosario, que forma parte de la colección, se halla suspendido en el espacio que lo contiene. Como todas sus obras colgantes, es “la materialización de un pathos extremo que remite, en clave alegórica, a una memoria de los cuerpos ausentes”. (3)
La artista señala: “Soy de la generación de los desaparecidos, yo no rezo, pero encontré una forma de rezar a través de la confección de estas cuentas de papel fotocopiado de listados de personas desaparecidas, publicado por la CONADEP. Veo en la construcción de estas obras, una forma de homenajear a las víctimas, y una manera de ironizar acerca de la complicidad de la iglesia católica”. (4)
Para Contreras, la obra donada ha sido el punto de partida de otros trabajos realizados con este material, tales como el ábaco que presenta en el Museo de Arte y Memoria de La Plata, a fines de 2002 y principios de 2003.
Participó en exposiciones colectivas en Buenos Aires, Rosario, La Plata, España, Montevideo.
En 2001 realizó la muestra individual {cita envenenada}, curada por Adriana Lauría, en el Centro Cultural Recoleta.
En 1994 fue becada por la Fundación Antorchas, para asistir al Taller de Barracas, en Buenos Aires. En el año 2000, obtuvo la Beca TRAMA. 

(1) Battiti, Florencia, “El Museo de arte y memoria de La Plata. Conjuros contra el olvido”, Buenos Aires, Página 12, Sección Artes Visuales, 28 de enero de 2003.

(2) Idem.

(3) Claudia Laudanno, “Un modo de narrar que enfatiza el vacío, el horror de ser”, Rosario 12, Martes 19 de diciembre de 2000.

(4) Claudia Contreras, comunicación con Nancy Rojas, julio de 2003.

Claudia Laudanno, “Un modo de narrar que enfatiza el vacío, el horror de ser”, Rosario 12, Martes 19 de diciembre de 2000.