Siempre partiendo de la imagen fotográfica y nunca del modelo vivo, chicas del cine condicionado, de revistas pornográficas o del ámbito de las pasarelas son algunos de los estereotipos que Di Girolamo toma como referentes del mundo femenino para llevar adelante su obra de increíble verosimilitud mimética, desde una perspectiva masculina.
En este contexto se halla Nicole, escultura que forma parte de un conjunto de “lolitas”, nuevas diosas del siglo XXI. Presentada sobre un pedestal el busto de esta reconocida modelo argentina adquiere cualidades de personaje ilustre, prócer femenino de las fantasías y deseos masculinos. El blanco reviste de puza el objeto de idolatría pero el satinado la coloca en nuevo contexto: el del brillo y el glamour.
Con su producción, el autor interpela al espectador sobre las políticas consumistas, el mercantilismo del cuerpo y la fabricación de falsas realidades.
Abril de 2018
Di Girolamo, Martín
Buenos Aires, 1965
Vive y trabaja en Buenos Aires
Artista de formación académica que abandonó la pintura hacia 1993 para dedicarse de lleno a la escultura. Pertenece a la generación cuya obra ingresó con fuerza en el ámbito artístico porteño en la década del 90. El cuerpo femenino –mediatizado, mercantilizado, expuesto, objeto del deseo– es el gran eje de producción de Di Girolamo, quien trabaja los cuerpos en clave hiperrealista a partir de las premisas de sensualidad, erotismo y pornografía. A partir de una mirada vouyerista o del exhibicionismo, el autor recrea escenas de cuerpos desnudos, de poses sugestivas o miradas sugestivas cuya vestimenta y accesorios grotescos lo acercan a la estética kitsch.
Graduado en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón continuó su formación como becario. Obtuvo la Beca Kuitca, otorgada por la Fundación Proa, en 1994 y Beca Fundación Antorchas para participar en el taller de Barracas, dirigido por Pablo Suárez y Luis Benedit durante el período 1995-1996. Di Girolamo comenzó a exponer su producción en los suburbios del under porteño y fue recién en los inicios de los 90 cuando su obra ingresó en los circuitos de legitimación con su muestra individual “Se los ve bien buenos”, realizada en el Centro Cultural Rojas de Buenos Aires. Su obra ha sido acreedora de diversos reconocimientos y ha sido exhibida diversas ciudades de Argentina, Brasil, Cuba, Estados unidos, España y Senegal.