Colección Castagnino+macro

En Las ficciones de Borges, utiliza latas de aceite que presenta a modo de serie. En esta obra y en otras del período, la estrategia de re-significación del objeto cotidiano produce desplazamientos de sentido, con los cuales apela a una apertura de las posibilidades y condiciones del arte. A estas latas de aceite se suman aerosoles, lapiceras, hojas de diarios y estampitas religiosas, todos convertidos en objetos artísticos.
Sobre la producción mencionada el autor señala: “es una obra realizada a partir de un producto común de consumo cotidiano, de bajo costo y sin prestigio tecnológico, como es la lata de aceite. Mi intervención es una suerte de interferencia en las relaciones que tenemos con los objetos y con los sistemas en vigencia. Los objetos comunes, desprovistos de sus funciones utilitarias, transportados de sus lugares originarios (almacen-supermercado) y debilitados sus identidades dejan aparecer, si son presentados en un contexto artístico, síntomas esteticos-sociales que exigen nuestra complicidad”. (1)

(1) Horacio Zabala, comunicación con Nadia Insaurralde, junio de 2003.




Zabala, Horacio

Buenos Aires, 1943
Vive y trabaja en Buenos Aires

Arquitecto, artista conceptual, curador y teórico. Figura emblemática del mítico Centro de Arte y Comunicación (CAyC). Imagen –dibujos, collages, asamblage, objetos, instalaciones– y palabra –lenguaje escrito– son algunos de los modos con los que el autor plasma sus “operaciones estéticas” y proyectos perfectamente diagramados a modo de programas de trabajo. Sus obras muestran la continuidad de una poética de los recursos visuales y materiales mínimos que carga con el máximo de significación, atravesado por reflexiones acerca de lo social y lo estético de la información y la ficción.
Arquitecto especializado en diseño urbano, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en 1971. Interesado en el arte desde siempre –y próximo al racionalismo de la arquitectura moderna– se acercó a la abstracción geométrica a partir de los trabajos de Mondrian, Malevich y Rodchenko y de los concretos argentinos como Tomás Maldonado y Raúl Lozza. También indagó en el Minimalismo, el Pop-Art, el Arte Póvera y el Art Nouveau. En 1966 realizó su primera muestra individual, en El Galpón. Un año más tarde, conoció a Edgardo Vigo –figura fundamental en el desarrollo del arte conceptual en el país– y luego al escritor Néstor Sánchez. Ambos, de relevancia en su formación como artista. En los primeros años de la década del 70 fue docente de la Cátedra Introducción a la Arquitectura de la UBA. En 1972 publicó su primer texto teórico y, junto a Luis Fernando Bénedit, Victor Grippo y Juan Carlos Romero, entre otros, integró el Grupo de los Trece. Colectivo aunado por Jorge Glusberg que, a pesar de la diversidad estética de sus miembros, sostuvo un importante carácter experimental. En 1976 emigró a Europa, donde permaneció veintidós años viviendo en Roma, Viena y Ginebra. Allí, realizó importantes proyectos estéticos y arquitectónicos. En 1998 regresó definitivamente a Buenos Aires, donde continuó produciendo. Entretanto, realizó trabajos de curaduría, dictó varios seminarios y publicó numerosos libros que dan cuenta de su formación intelectual. Entre ellos: Vademecum para artistas, 2009; El arte en cuestión. Conversaciones, junto a Luis Felipe Noé, 2000; y El arte y el mundo por segunda vez, 1998. En 1975, junto con el Grupo de los 13, compartió la Medalla de Oro Paz '75, en el XXX aniversario de las Naciones Unidas, celebrado en Slovenj Gradec, ex-Yugoslavia; y en 2005 recibió el Gran Premio Adquisición, en el Salón Nacional de Artes Visuales en la disciplina Nuevos soportes e instalaciones. Su obra integra diversas colecciones públicas y privadas del país y el exterior y ha sido expuesta en múltiples ciudades de Argentina, Brasil, España, Italia, Austria, Inglaterra, Suiza y Estados Unidos, entre otros.




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