Giordano, Luca (Atribuido)
Napoli, 1634
Napoli, 1705
Luca Giordano se educó desde niño en el taller de José de Ribera (Játiva,1591- Nápoles,1652) durante los últimos años de actividad del maestro. Su obra en esta etapa se caracterizaba por el naturalismo, el color de influencia veneciana y los efectos del tenebrismo que exigía la tradición napolitana. El discípulo consiguió hacer imitaciones de sorprendente calidad con una excepcional capacidad mimética, con su técnica esponjosa de luz, rica y dinámica. Inmediatamente después de la muerte de su maestro en 1652, hizo su primer viaje hacia Roma, Florencia y Venecia, donde descubrió el arte de Pietro de Cortona y de Veronés que inspiraron su obra posterior.
De regreso en Nápoles en 1653, se inclinó hacia el barroco sin abandonar la tradición del naturalismo tenebrista. Luego de 1670 comenzó sus grandes decoraciones murales, entre ellas Montecassino (1677-78) y San Gregorio Amaro, Nápoles (1679) y realizó cantidad de lienzos de altar y gabinete. En 1682 volvió a Florencia y decoró la Capilla Corsini en el Carmine e inició la bóveda de la galería del Palacio Medici-Riccardi, que concluyó en 1685 y fue consagrada como una obra maestra.
En 1692 Carlos II lo llamó a Madrid y permaneció en España durante 10 años. Allí realizó una numerosa serie de decoraciones al fresco -iglesia y escalera de El Escorial, Casón del Buen Retiro, Sacristía de la Catedral de Toledo, San Antonio de los portugueses, iglesia de Atocha- y centenares de lienzos de todo tipo, tanto religiosos como bíblicos o mitológicos para las colecciones reales y nobiliarias. Su estancia en Madrid enriqueció su estilo con el aporte velazqueño, evidente en las obras de sus últimos años. La llegada de Felipe V al trono y la Guerra de Sucesión lo llevaron a Nápoles en 1702 donde realizó, entre otras obras, la bóveda de la Sacristía del Tesoro de San Martino (1704) y algunos lienzos monumentales antes de su fallecimiento en 1705.