macro
Del 11.05.18 al 26.08.18
El fin del mundo comenzó en 2001
Exageración poética o determinismo histórico
En los siete pisos del Macro se desarrollará este núcleo perteneciente a la muestra "Arte Argentino. 100 años en la Colección Castagnino + Macro"
Una colección de arte contemporáneo puede asemejarse más a lo que contiene una alacena, un bazar o un basural que a un conjunto de piezas artísticas socialmente identificables. Las confusiones materiales y objetuales pueden ser frecuentes sin el contexto. Los materiales de embalaje resguardan fragmentos de obras que se reconstruyen cada vez que se exponen. Son restos de una vida en la ciudad mostrados como vestigios estéticos o políticos que se cruzan con las imágenes de los estallidos que vimos en nuestras precarias pantallas entre septiembre y diciembre de 2001. Ante esta imagen, sobrevolando sus antecedentes y observando las consecuencias de la onda expansiva imparable pensamos las posibles articulaciones que la colección del Macro –sede contemporánea del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino inaugurada en 2004– construye con la generación artística post-2001, post-comienzo del fin del mundo. Esta es nuestra exageración poética o un determinismo histórico con el que leer un conjunto de obras pero, fundamentalmente, con el cual examinar las ideas que en una época concebimos como contemporáneas.
Ciertas imágenes conducían a la Argentina hacia el año 2000: nos movíamos entre la pobreza y la opulencia, el baldío y el building, el parripollo y el hipermercado. Hicimos como si todo hubiese transcurrido de un sobresalto y sin previo aviso, pero el susurro de Casandra, aquella profetisa en quien nadie creía, ya lo había advertido. Ingresamos al nuevo milenio en medio de la dispersión, el ruido, las piedras, los grandes titulares y un nuevo vocabulario social que articulaba de modo simultáneo las ideas de escrache, riesgo país, piquete, cacerolazo o default. Ese mismo lenguaje comenzó a traducirse en el arte en diferentes procedimientos y modos de acción sobre el medio social y artístico. Los restos del estallido de la crisis ingresaron al imaginario estético de una generación de artistas, quienes articularon un nuevo uso del cuerpo, las materialidades y los recorridos urbanos. Con un mirada activa sobre el espacio y una estética despojada, objetual y performática a la vez, proponemos una selección de obras que abordan el espacio a través de instalaciones, en su mayoría resultado de la recolección de desechos de la ciudad o su evocación, restos del paisaje de la crisis como onda expansiva y ordenamientos de basura urbana asociada a la especulación estética.
El fin del mundo comenzó en 2001 no responde a una cronología que intente mostrar una disposición a través de causas y consecuencias establecidas por las fechas de las obras, etapas de los artistas o agrupaciones temáticas y estilísticas. Mostramos un tiempo revuelto a través de la imagen de un clima de época. Esta sensación atmosférica se presenta desde la formación discursiva de un vaho climático a través de un recorte que ya no se ubica en lo contemporáneo como aquello que carece de definición, sino que justamente, estableciendo un diálogo directo con las primeras líneas del catálogo inaugural del Macro, ubicamos en el momento en que devino histórico.
Al interpelar la visión de lo contemporáneo que sostuvo el Macro en su nacimiento, no elaboramos una lectura condescendiente con el espíritu inicial que llevó a la construcción de la colección contemporánea, no intentamos reconstruirlo. Sedimentadas ya las respuestas a los interrogantes formulados en el momento de creación del museo y su acervo (las preguntas sobre una época, su pasado reciente, las nuevas materialidades y el federalismo), interrogamos el sentido artístico de esta colección en el campo del arte y cómo articular sus obras con un momento del arte en Argentina.
En la actualidad el edificio propone otro modo de apilar las ideas, por eso indagamos preguntas diferentes sobre el presente que se refieren menos con la definición de una categoría estética ya histórica que con tratar de interpretar el presente desde nuevos conceptos. El fin del mundo comenzó en 2001 reúne un recorte de la colección Castagnino+macro centrada en la primera década post-2001. Contiene no sólo algunos antecedentes de los años noventa que anticiparon la debacle socioeconómica y la irrupción de una nueva estética, también la proyección hacia el presente en torno a las transformaciones materiales y discursivas de la nueva generación. La exageración poética o el determinismo histórico operan en la selección de obras desde la producción de una imagen actual sobre lo que devino histórico.
Clarisa Appendino y Carlos Herrera
Artistas en exhibición
Ana Gallardo; Adrián Villar Rojas; Adriana Bustos; Andrea Ostera; Bruno Juliano; Catalina León; Claudia Del Río; Daniel García; Diego Bianchi; Diego Melero; Diego Vergara; Eugenia Calvo; Florencia Caterina; Gastón Miranda; Gastón Pérsico; Graciela Carnevale; Horacio Abram Luján; Irina Kirchuk; Joaquín Boz; Juliana Iriart; Laura Códega; León Ferrari; Leopoldo Estol; Leticia El Halli Obeid; Liliana Maresca; Luciana Lamothe; Lucas Di Pascuale; Marcelo Pombo; Mariana Tellería; Mariano Cohn – Gastón Duprat – Adrián De Rosa; Marisa Rubio; Martín Legón; Nicanor Aráoz; Nicola Costantino; Raúl Flores; Román Vitali; Sandro Pereira; Tamara Stuby
Recorrido virtual