macroFobia

Maia Navas
Corrientes, Argentina (1986)

Procedimientos 
Video monocanal (8.26 min)

Colección documentada de procedimientos reales que diferentes personas realizan en su vida cotidiana. Un procedimiento consta de cierta cantidad de pasos realizados cuidadosamente para lograr un objetivo. Cada uno posee algún rasgo que limita con el absurdo. A veces estos pequeños rituales hacen que sintamos el dominio y control de al menos una porción de la realidad.

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macroFobia

Googleando (no podía ser de otro modo –¿existirá la fobia a google?) resulta que macrofobia es la fobia a las largas esperas. Extrañamente: sería más lógico que fuera algún tipo de fobia a las grandes dimensiones. Seguramente, de algún modo, lo es en tanto las largas esperas son grandes dimensiones temporales que separan el momento presente de uno supuestamente esperado.

¿Será posible que tenga algún vínculo (desde algún remoto lugar de una especie de inconsciente colectivo del equipo del museo) con la idea de esta experiencia que nos proponemos: macroFobia?

Sin embargo.

macroFobia no postula un problema (no que sepamos en relación a las esperas –ni largas ni cortas–) sino cierta posición de un museo (no cualquier museo, el macro) respecto del mundo en el que emerge y con el que se vincula.

No todo el mundo.

El macro se confiesa fóbico.

Incluso si no resulta evidente.

[

personal del museo escondiéndose ante el anuncio de alguna visita inesperada,

ascensores que parecen –en ciertas ocasiones– tener miedo a las alturas,

cierta claustrofobia que hizo que –desde su nacimiento mismo– deseara casi desesperadamente salir de su propio espacio edilicio hacia un exterior indefinido pero siempre posibilitante,

]

El listado anterior (incompleto por mínimo, por cierta fobia a las largas descripciones, tal vez) nos lleva a una de las fobias más interesantes detectadas en el museo:

la fobia de muchos visitantes hacia algunas formas de arte (para ser claros: arte contemporáneo). La reacción de repulsión ante el encuentro con esas formas de arte ha sido el motor para que muchas personas desarrollen un interés que jamás habrían sido capaces de sospechar (y, hasta podríamos decir, un amor) hacia esas mismas producciones en el momento mismo en que comprendieron que fobia y deseo son una dupla inseparable.

 

Por favor, no se acerquen.

 

Roberto Echen
por un mundo sin cucarachas