Colección Castagnino+macro

El Retrato de Nicolás Amuchástegui, firmado y dedicado al retratado el 22 de octubre de 1916, ha sido realizado en  un  estilo  abocetado  que  no  descuida  la  sólida  estructura  compositiva,  logrando  el  gesto  del  modelo  con
rapidez  y  naturalidad.

Con  una  línea  precisa  ha  concentrado  su  interés  en  el  rostro,  especialmente  en  la mirada y el ceño, que expresa  el carácter del primer presidente de la Comisión Municipal de Bellas Artes de Rosario. El dibujo integra una donación de obras de arte formada mayoritariamente por dibujos y grabados de artistas europeos y argentinos
– un álbum, según sus palabras- que Amuchástegui realizara en 1942 al Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino.

La  relación  de  Alice  con  el  retratado  era  fluida,  y  así  lo  demuestra  la correspondencia  entre  ambos.  En  una carta fechada dos meses después de que el artista realizara el retrato, Amuchástegui le envía el reglamento y
lo  invita  a  participar  del  Primer  Salón  de  Otoño  que  la  Comisión  organizaba  para  1917,  al  que  Alice  envió pinturas: “Deseo  invitarle  particular  y  muy  especialmente  a  que  concurra  y  nos  honre  el  ambiente  con  su habilidoso  pincel.  Espero  confiado  en  que  así  lo  hará y  en  que  tendremos  el  halago  de  reunir  en  este certamen lo mejor y mas digno que, en el mundo del arte, encierra nuestro país”1. En la carta también promete que visitará al pintor en la ciudad de Buenos Aires en diciembre de ese mismo año, cumpliendo con un recado comprometido  con  anterioridad.  Antonio  Alice  fue  muy  solicitado  como  retratista  y  trabajó  para  importantes personalidades   de   su   época,   caracterizándose   siempre   la   calidad   del   dibujo   que   estructura   sus  composiciones.

María de la Paz López Carvajal



1 Amuchástegui, 1938: p.66




Alice, Antonio

Buenos Aires, 1886
Buenos Aires, 1943

Inició su educación artística junto a Decoroso Bonifanti (1860 -1941). En 1903 asistió a la Sociedad Estímulo de Bellas  Artes  y  al  año  siguiente  ganó  el  premio Roma,  que  le  permitió  viajar  a  Italia  con  una  pensión para completar su formación. En Turín cursó estudios en la Real Academia Albertina junto a los maestros Francisco Gilardi, Giacomo Grosso y Andrea Tavernier. Activo participante de salones nacionales y extranjeros, recibió en el de París de 1904 una medalla de  plata  por  su  obra Confesión; en el del  Centenario  en  1910,  una medalla de oro por la tela La muerte de Güemes (inaugurando así su  producción de grandes composiciones  históricas, que  surgió de la inquietud de participar del concurso de cuadros históricos de temas nacionales organizados para la celebración del Centenario); en el  primer  Salón  Nacional  le  fue  otorgado  el  Premio  Adquisición  por  su  obra Retrato de señora y en 1915  fue galardonado con la Gran Medalla de Honor en la Exposición de San Francisco de California.  En conjunto, la obra de Alice revela inclinación a los valores académicos y tradicionales. Su concepción del arte lo llevó a los temas históricos, en los que encauza su intención pedagógica.




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