Habitar lo blando

Tejer, entrelazar, coser, superponer telas, cruzar hilos e ideas caracterizan la obra de Marina Gryciuk, una creadora que produce en el terreno movedizo de las artes que impugnan las jerarquías del canon moderno. Desde la década de 1990 convierte en centro esos rituales periféricos que las artes autónomas habían aislado como “labores femeninas” y se posiciona en el sistema artístico desde la blandura del material pero, también, a partir de un accionar escurridizo que no admite aprisionamientos conceptuales. En este sentido, resulta interesante su devenir profesional donde articula prácticas individuales y proyectos colectivos que impactaron en su producción, en lxs partícipes y en los espacios habitados por ellxs. Alguna de estas experiencias son la marca Qomi, resultado del intercambio de saberes y técnicas ancestrales con mujeres de la comunidad qom del Centro Cultural El Obrador y El Enredo, taller desarrollado con personas en situación de encierro que coordina en el último tiempo con otras artistas y diseñadoras a través de la ONG “Mujeres tras las rejas”.

Marina Gryciuk es una artista que dialoga con las tradiciones textiles del pasado y el presente, oscilando entre el ámbito de la plástica y el de las expresiones populares para seguir pensando su historia desde la trama que condensa saberes y encuentros. Su obra se sostiene en la pasión por las telas, la costura y el vínculo con el cuerpo en una relación con tradiciones históricas que actualiza desde el quehacer contemporáneo a partir de múltiples estrategias. Objetos textiles que funcionan de manera autónoma y que pueden convertirse en accesorios vestimentarios, esferas de tela bordada con cuentas y pedrería que se desplazan sin prejuicios entre el campo del arte y la decoración son recursos que combina con registros audiovisuales y fotografías de autoría compartida con Gustavo Goñi en una sociedad creativa de larga data, fundada en intereses afines.

La preocupación por las dimensiones simbólicas del cuerpo en relación al entorno es constante en su producción, desde el barroquismo de colores y texturas de sus piezas/accesorios, pasando por la materialidad vasta de collages y muñecxs realizados grupalmente, hasta la síntesis de sus últimas cesterías que ofician de crisálidas perforadas. En definitiva, es la creación de un lenguaje textil singular lo que posibilita transformaciones en una obra enlazada por una preocupación constante, la de mantener vivo el encuentro entre el arte y la vida.

María Laura Carrascal

 

Obra fotográfica: Marina Gryciuk, Gustavo Goñi
Producción: Roly Lo Giudice.

 

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