Castagnino
Del 21.04.17 al 28.08.17
Alfredo Guido y una épica rural
La obra puesta nuevamente en valor por el equipo del IICRAMC se exhibe temporariamente en una sala mucho más cerca de la mirada del público como parte de las propuestas que celebran el 80 aniversario.
En 1940 y durante la gestión de Hilarión Hernández Larguía como director del Museo Castagnino, se aceptó la donación que hicieron Delfina y José Boglione de una pintura de grandes dimensiones, Coro de los labradores, realizada por Alfredo Guido en 1927 a quien se le solicitó la restauración de la misma antes de su emplazamiento en el descanso de la escalera principal del museo. En 2017, cuando se conmemoran los 80 años de esta institución, la obra ha sido puesta nuevamente en valor a través del trabajo del equipo del IICRAMC dirigido por Gabriela Baldomá y exhibida, ahora temporariamente en una sala, como parte de las exposiciones que celebran el aniversario.
Guido plasmó en esa tela un grupo de trabajadores del campo que marchan azorados por las inequidades y la dureza de su existencia, doblegados por las bolsas de cereal, cargando sus hijos y los instrumentos de labranza; pero también cantando y elevando la mirada al cielo como mártires a la espera de redención, una sugestión cristiana acentuada con las palomas blancas en vuelo que contrastan con la oscuridad del fondo. Se valió entonces de un realismo dramático y teatral que dejó de lado toda referencia a los campos arados y a las llanuras de sus paisajes anteriores, y lo intersectó con un espiritualismo de procedencia decimonónica que cultivó largamente en su obra. Inspirada en la huelga de 1912, recordada como el Grito de Alcorta, y en los conflictos sucesivos, tiene su génesis en dibujos previos que ilustraron un himno agrario escrito por Lemmerich Muñoz y publicados en 1924 por La Revista de “El Círculo”; también presentados ese año en el VII Salón de Otoño de Rosario. Ya en 1927 y a propósito de los quince años de la rebelión de Alcorta, el periódico La Tierra de Federación Agraria publicó un artículo con un dibujo de Guido, Latifundium, en el que un grupo de agricultores dispuestos frontalmente lucha contra el monstruo latifundista que acecha; una escena idéntica es la que organiza un óleo del mismo título y fecha. Esa obra, además de una versión pictórica más pequeña, quizás preparatoria de Coro de los labradores, y de una pintura destinada a afiche publicitario de La Tierra son patrimonio de la Federación Agraria de la ciudad y constituyen, junto al gran panel del Museo Castagnino, una familia de composiciones centradas en la representación de los chacareros del sur santafesino. De allí que en esta ocasión y por vez primera las reunimos, tratando de actualizar algunas de las preocupaciones de Hilarión Hernández Larguía sobre el rol social y educativo del museo.
Adriana Armando es Licenciada en Historia, profesora titular de Ideas Estéticas Latinoamericanas en la Facultad de Humanidades y Artes e investigadora del Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano (UNR). Sus trabajos han sido publicados en libros y revistas científicas y culturales del país y del exterior. Se desempeña como curadora independiente en instituciones públicas y privadas.