Castagnino
Del 11.05.18 al 30.09.18
Derrames temporales de una colección
Itinerarios para volver a pensar la génesis del arte contemporáneo argentino
Segundo núcleo de la muestra "Arte Argentino. 100 años en la Colección Castagnino + Macro". Planta alta del Castagnino
La colección Castagnino+macro se construyó a través de relatos superpuestos que hacen estallar una supuesta continuidad cronológica de lo que se encargó de mostrar. Tiene huecos en los que detona también lo que no pudo constituirse en su momento y retorna, anacrónicamente, para señalar una colección que quedó afuera.
Como espectro de una micro-política cultural, esta colección es también la forma de transitar esos espacios que construyen discursos historiográficos para pensar, entre otros temas, el arte argentino contemporáneo.
Partiendo de un cuerpo específico y expandido de obras, esta exposición propone la problematización de los paradigmas con los que, usualmente, se ha pensado la génesis de las prácticas artísticas desarrolladas en el siglo XXI.
¿Se puede divisar un cambio radical de paradigmas de pensamiento-acción con el Ciclo de Arte experimental, llevado a cabo por el Grupo de Rosario en 1968? O, por las coordenadas temporales, ¿sería más lícito asignarle este rol al denominado LIII Salón Nacional de Rosario: Arte sin disciplina, de 1995, que generó una apertura de referencia a nivel nacional?
Lo que se conviene en denominar décadas no siempre coincide con las discontinuidades, los cambios o las rupturas en el campo del arte. Aquí se aspira a poner en foco esos casos bisagra que desarman los períodos del 70, del 80 y del 90 como espacios únicos, cerrados e indivisibles. Estos fomentan la visión de una suerte de anacronismo respecto de obras de artistas que resultan representativas de ciertos momentos y condiciones de esas décadas y, sin embargo, están fechadas con posterioridad.
Cada una de esas décadas se pensó aquí desde construcciones superpuestas que las atraviesan y que operan en modos no sólo disímiles sino antagónicos en el mismo período y, en consecuencia, poseen visibilidades y velocidades diferentes. Los estigmas parciales (¿?) de la cultura oficial (que cristalizaron muchas veces en los premios adquisición de los distintos salones), se confrontan con zonas invisibles que se proyectaron simultáneamente y respondían, en muchos casos, a políticas externas. De esta manera, la muestra también alude a producciones que no pertenecen a la colección y resultan fundamentales para pensar ciertos momentos.
Desde esta perspectiva, que incluye como posibles épocas y décadas prorrogadas, suspendidas, se piensan también los lenguajes desde su diversidad y yuxtaposición, donde la obra da lugar a la documentación, considerando sus bordes ambiguos, y la práctica artística a la curaduría. Es decir, las discursividades en campo expandido. Así, la inclusión de citas de propuestas curatoriales dentro de la exposición, entre ellas Juego de damas, de Adriana Lauria –exhibida en 1995 en el Museo Castagnino y en 1996 en el Centro Cultural Recoleta–, es una referencia que alienta el deseo actual de una historiografía feminista del arte, cuyos destellos podemos encontrar también en otras muestras como Mujeres artistas (1996) y La línea roja (1991).
Bajo la impronta de una cultura performativa –como uno de los arquetipos posibles de la condición de contemporaneidad–, también han sido incorporados a este relato curatorial algunas acciones que permiten arribar a aquellos pensamientos que configuraron lo que hoy concebimos como colección, cuando ésta es re-imaginada como una plataforma de debates. Aquí cabe señalar el impacto que tuvieron los encuentros organizados por APA (Artistas Plásticos Asociados) y moderados por Guillermo Fantoni sobre las vanguardias de los 60 en el Museo Castagnino en 1984, en el marco de la exposición 1966-1968. Arte de vanguardia en Rosario.
En este mismo plano, y a la luz de la icónica frase “Pensar es un hecho revolucionario”, de la pieza de Marie Orensanz (2001), aparece como modo de convergencia entre esos tiempos distintos y más o menos lejanos cronológicamente, la activación de una serie de manifiestos del Grupo de Rosario, firmados y fechados en los años 60, a través de sus lecturas programadas escénicamente.
En estos itinerarios que claman la necesidad de una re-escritura de la génesis del arte contemporáneo argentino, lo disciplinar y su caída se torna un lema significativo.
Aquí el parámetro es el tránsito hacia el cambio de milenio, que estuvo marcado por la caída de lo que en algún momento de la contemporaneidad fueran los pilares de la construcción de verdad en el arte: las disciplinas y sus sostenes, las técnicas específicas. Sin embargo, y a través de los salones y exposiciones, se puede observar a las instituciones intentando detener esa diseminación hasta tener que hacerlas cuerpo, hasta tener que hacerse parte de ese devenir.
Ahí es donde se hace posible especular sobre algo que puede ser del orden del micro-acontecimiento: el LIII Salón Nacional de Rosario: Arte sin disciplina, de 1995, que hipotéticamente, ofició un cambio necesario para darle lugar a la contemporaneidad como condición sensible y programática. Situación que se acentuó institucionalmente con la conformación de la Colección de arte contemporáneo de Rosario en 2000.
Nancy Rojas y Roberto Echen
Artistas en exhibición
Alberto Goldenstein; Alejandro Kuropatwa; Alfredo Prior; Ana Eckell; Ana Gallardo; Andrea Ostera; Artemio Alisio; Aurelio García; Benito Laren; Carlos Gatti; Carlos Hall; Carlos Meneguzzi; Carlos Trilnick; Carolina Antoniadis; Claudia Contreras; Claudia Del Río; Claudia Fontes; Cristina Schiavi; Cucaño; Damián Scheffer; Daniel García; Daniel Scheimberg; Diana Recagno; Dino Bruzzone; Dolores Zinny – Juan Maidagan; Domingo Alfredo Federico; Edgardo Vigo; Eduardo Médici; Eduardo Piccione; Eladia Acevedo; Eulalia Gentile Munich; Elba Bairon; Elba Nalda Querol; Elisabeth Sánchez; El siluetazo; Emilia Bertolé; Fabián Marcaccio; Fabiana Imola; Fabio Kacero; Federico Peralta Ramos; Feliciano Centurión; Fernanda Laguna; Fernando Espino; Gladis Desumvila; Gladys Nistor; Graciela Hasper; Graciela Sacco; Grupo Escombros; Grupo de Vanguardia de Rosario; Guillermo Kuitca; Gumier Maier; Gustavo Marrone; Horacio Zabala; Jorge Macchi; Jorge Martínez Ramseyer; Jorge Orta; José Omar Henry; Juan Carlos Romero; Juan Grela; Julián Usandizaga; Julio Rayón; Kenneth Kemble; Laura Rippa; León Ferrari; Lía Martha Baumann; Liliana Maresca; Luján Castellani; Luis Fernando Benedit; Magdalena Jitrik; María Angélica Carter Morales; Mauro Machado; María Suardi; Marcelo Pombo; Marcia Schvartz; Marie Orensanz; Margarita Paksa; Marina De Caro; Marula Di Como; Mauro Guzmán; Miguel Ballesteros; Mirtha Dermisache; Mónica Castagnotto; Nicola Costantino; Noemí Escandell; Oscar Bony; Pablo Rodríguez Jáuregui; Pablo Siquier; Pablo Suárez; Remo Bianchedi; Roberto Jacoby; Rosana Fuertes; Rozarte; Rubén Echagüe; Rubén Baldemar; Tulio De Sagastizábal; Víctor Grippo - Jorge Gamarra
Recorrido virtual