macro
Del 06.05.22 al 07.08.22

Amigos del museo

La donación de la obra Sin título de Mónica Castagnotto

Castagnotto, Mónica

Este núcleo forma parte de la exposición Amig( )s del museo.
Curaduría: Yanina Bossus y Nadia Insaurralde

Foto de montaje
Mónica Castagnotto, Sin título, 1999/2012
Foto de sala
Foto de sala
Colección particular de Ricardo Torres

Amigos del museo. La donación de la obra Sin título de Mónica Castagnotto forma parte de la exposición Amig( )s del museoPodés visitarla en el quinto piso del macro (museo de arte contemporáneo de rosario). 


Existen muchos tipos de amistad o, tal vez, muchas formas en que la amistad se despliega. Las instituciones también son susceptibles de estar atravesadas por las relaciones amistosas. 

A partir de la importancia que los afectos han tenido y tienen para el museo, queremos señalar el gesto de amistad de un grupo de personas que comprendió la necesidad de que la colección de arte contemporáneo del museo tuviera entre sus obras la pieza de Mónica Castagnotto, entre otras razones, porque había pasado a ser parte importante de la propia historia del museo.

Convocamos para eso a quienes protagonizaron ese gesto (y esa historia) para que hagan su relato alrededor de la pieza que los convocó en ese momento y nos convoca ahora para hacer patente el hecho de que las afectividades son constitutivas de la cultura que vivimos y hacen crecer instituciones como la nuestra.

Por eso, recordamos y celebramos este gesto. Y brindamos con (y por) ese grupo de Amig( )s del macro.

Gracias: Rubén Chababo, Carlos Herrera, José Luis Perdomo, Marcela Römer, Augusto Saracco, Studio Brócoli, Ricardo Torres y Carlos María Zampettini.

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En esta vía que conduce al encuentro, proponemos visualizar otras interpretaciones personales y subjetivas de los acontecimientos causados alrededor de la obra Sin título de Mónica Castagnotto y que atravesaron la historia del museo. Acciones en las que se vieron afectadas propuestas curatoriales, espacios públicos de exposición, producciones artísticas, colectividades y singularidades pero que, por sobre todo, generaron formas de afinidades y agenciamientos capaces de incidir en los procedimientos de incorporación de obras de arte en la institución. Poniendo además en evidencia, la transformación —en el tiempo— del espacio de convivencia en el que las instituciones se fundan.

A partir de tres momentos: 1999 La empatía y solidaridad del medio; 2002-2008 Alteraciones en una colección; 2012 La donación, y desde esta mirada específica, hoy se desarrolla en la presente sala una narración que intenta poner en foco cierta trama de afectividades que emergieron en el itinerario de esta obra en vínculo con la institución. 

En el corriente año, y en el marco institucional de la conformación del programa FAAC (Fondos abiertos de arte contemporáneo), se suman al legajo de Sin título los testimonios de quienes vinculados al campo cultural hicieron posible la incorporación de Castagnotto a nuestro patrimonio. Materiales incluidos en dicha narrativa sobre la obra de forma parcial y puestos a disposición en el fichero de sala, en su totalidad, durante el transcurso de la exposición.

 
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1999 EMPATÍA Y SOLIDARIDAD DEL MEDIO

La obra Sin título de Mónica Castagnotto fue presentada en “34 Artistas Rosarinos Contemporáneos” (34 ARC). Curada por Sonia Becce y Andrés Duprat, fue una de las dos exposiciones con las que el Museo Castagnino reabrió sus puertas el 19 de noviembre de 1999, con la dirección de Fernando Farina, luego de haber permanecido cerrado al público por refacciones edilicias por más de un año. 

Fuera de todo pronóstico, muchas fueron las situaciones —con amplia repercusión mediática— que en el transcurso de la exposición generó este fotomontaje que alterna en su composición imágenes de vírgenes con vulvas. Sectores de la sociedad —sobre todo la comunidad vinculada a la Iglesia católica— se pronunciaron con acciones firmes (demandas judiciales, convocatorias de oración) en contra de la permanencia de la obra en la institución mientras que otras personas contraatacaron la postura,  bregando por la libertad de expresión y la autonomía del campo artístico.

Finalmente  —no sin lucha mediante y contando la artista con el respaldo absoluto de la dirección del Museo, la Secretaría de Cultura y Educación y del entonces intendente Hermes Binner quienes se opusieron a los pedidos de retiro de la obra— el 14 de diciembre, a muy pocos días de cerrar la muestra y por resolución judicial, la obra debió ser apartada hacia otra sala del Castagnino con la leyenda: “Esta exhibición contiene obras que pueden herir su susceptibilidad”.

A pesar de las contiendas que desató esta obra, es posible señalar hoy a la luz de los intereses de la presente propuesta expositiva, la empatía y solidaridad para con la artista tanto por parte de las compañeras y los compañeros expositores como de otros focos sociales —por ejemplo, el universitario, liderado por la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario— que demostraron con sus acciones un claro apoyo a Castagnotto frente a la censura que se sentía inminente. 

 

2002 y 2008 ALTERACIONES EN UNA COLECCIÓN

Situaciones como el caso Castagnotto se sucedieron dos veces más en el Museo. Una de ellas en 2002 con Ámate de León Ferrari —estampa de Utamaro expuesta en “Pie de obra” que muestra una técnica japonesa de masturbación femenina sobre la cual se imprime en braille una enseñanza extraída de la Biblia: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. La otra, en octubre de 2008 a partir de una fotografía de Mauro Guzmán que osó registrar un beso apasionado entre Jesús y un legendario superhéroe de historieta (Superman). La historia de amor más bella, más grande y más heroica de todos los tiempos fue presentada en “Irradiaciones de un legado”. Exposición a cargo del equipo curatorial del Castagnino+macro. Ambas piezas, integrantes del patrimonio del museo.

Ese estado de situación resulta vital a la hora de pensar el itinerario de la obra de Mónica Castagnotto, en tanto posibilidad de adquisición por parte de la institución. Intentos que no se concretaron en el marco del programa de incorporaciones vigente desde 2000. Momento en que Farina comenzó el proyecto de conformación de la colección de arte argentino contemporáneo que dio origen al macro.

En diciembre de 2008 entonces, una de las últimas acciones en materia de gestión que Carlos Herrera, a cargo de la dirección del Museo, llevó adelante —a pocos días de concluir su mandato— fue la de elevar una nota a la Fundación Castagnino —y la fundamentación correspondiente a cargo de Roberto Echen (director artístico) y Nancy Rojas (coordinadora del Programa de Incorporaciones)— pidiendo adquirir, para la colección de arte argentino contemporáneo, el fotomontaje en cuestión.

Misiva que fue acercada a la Fundación por Ricardo Torres (a cargo de la Tesorería), quien también se retiraría de la misma poco tiempo después.

 

2012 LA DONACIÓN

Alejado ya de la función pública, Carlos Herrera —en diálogo con el ya mencionado coleccionista Ricardo Torres— intentó llevar adelante un proyecto latente hacía ya un tiempo: la creación de un espacio o entidad destinado al impulso del arte contemporáneo en la ciudad.

Si bien a largo plazo esto no llegó a concretarse, fue en ese marco que se iniciaron los primeros contactos con Castagnotto, proponiéndole comprar aquella obra tanto para la colección particular de Torres como para la de arte contemporáneo del macro. 

La propuesta fue aceptada por la artista y paralelamente se iniciaron las correspondientes conversaciones con la dirección del Museo a cargo de Marcela Römer —quien estuvo de acuerdo en recibir esa pieza— y con representantes del campo de la cultura rosarina que pudiesen entusiasmarse con la propuesta y asociarse, colaborando así con sus aportes para comprar la pieza que, finalmente, sería donada a dicha institución.

Entretanto, esta gestión en manos de particulares incluyó además la optimización de esta obra de carácter múltiple mediante nuevos procesos tecnológicos.

A partir de la compra de la prueba de artista por parte de Torres se realizó una edición limitada de tres copias. La primera de ellas es la que fue pensada para integrar este patrimonio público. 

Así fue entonces como el 5 de junio de 2012 la obra Sin título de Mónica Castagnotto comenzó a formar parte de la colección de arte contemporáneo del museo gracias a la donación de un grupo de agentes del campo cultural, en vínculo a la propia historia del Castagnino+macro: Rubén Chababo (entonces director del Museo de la Memoria), Roberto Echen (entonces director artístico del CEC), Estudio Brócoli (Nancy Rojas y Mauro Guzmán), los coleccionistas José Luis Perdomo, Ricardo Torres y Carlos María Zampettini y Carlos Herrera. También hubo personas que aportaron a la causa, prefiriendo mantener su anonimato.

A propósito de esta incorporación y con la intención de debatir sobre ciertos aspectos del campo del arte y situaciones que esta obra en particular puso en foco, se llevó adelante en el Museo de la Memoria "Política y provocación en el arte". Segunda charla organizada en el marco Conversaciones (ciclo coordinado por mencionada entidad). Echen, Herrera y Rojas formaron parte de la mesa, que abrió el historiador y curador Pablo Montini, presentados por Chababo. Torres, Guzmán y Römer acompañaron como oyentes.

 

2022 TESTIMONIOS ACTUALES

Esta pieza de Mónica Castagnotto se presenta como un elemento que nutre  —y a la vez fortalece— la relación que tiene consigo misma cada una de las personas que eligieron ocupar el rol de donante. Consolidación de sí misma que alcanzó a las demás para constituirse en una disposición colectiva virtuosa con capacidad de obrar y generar efectos institucionales e interinstitucionales. 

De tal forma que, hoy, en 2022, continuamos promoviendo la práctica reflexiva de las acciones generadas alrededor de la obra. En esta ocasión convocamos a quienes participaron de la donación para ofrecer un relato personal, en tiempo presente, de aquella experiencia que les permitió reunirse, definir necesidades y actuar colectivamente en el deseo del bien común. Los testimonios de Rubén Chababo, Roberto Echen, Mauro Guzmán, Carlos Herrera, José Luis Perdomo, Marcela Römer, Nancy Rojas, Augusto Saracco, Ricardo Torres quedan incorporados al legajo de la obra y se presentan fragmentos significativos en sala.