Castagnino
Del 12.12.25 al 05.04.26
De la ilusión a la luz
Notas oníricas y abstracción en la pintura de Juana Butler
Curaduría: María de la Paz López Carvajal
Una lectura renovada de la historia del arte argentino del siglo XX ha permitido poner en valor la producción de artistas cuya acción, a pesar de su continua presencia en el circuito, fue debilitándose con el correr de los años por el escaso registro de su práctica, resistiendo no pocas veces al margen de los relatos canónicos. En este contexto, la recuperación y puesta en valor de la obra de Juana Butler resulta esencial para contribuir al enriquecimiento y comprensión de la escena artística de las décadas de 1960 y 1970.
Formada junto a su tío Horacio Butler (Buenos Aires, 1897- 1983) y luego con el maestro Juan Battle Planas (Gerona, 1911- Buenos Aires, 1966), participó de las exposiciones locales que celebraron las tendencias surrealistas y que confirmaban la vigencia de lo onírico en la producción artística latinoamericana más allá de los años 30. El surrealismo, llegado a través de las revistas literarias y la influencia de las vanguardias, había cobrado impulso gracias a las publicaciones Qué y A partir de cero, ambas dirigidas por Aldo Pellegrini, quien puso en circulación el ideario que dejó una huella profunda en nuestra cultura que se expresó en la experimentación, la libertad simbólica y el interés por lo inconsciente y lo fantástico que atraviesan el arte argentino del siglo XX.
Juana respira en los escenarios oníricos. El poeta surrealista Enrique Molina la descubre abandonada a los mecanismos del inconsciente. Independiente, transita el límite difuso entre realidad e imaginación fascinada por la ilusión y la libertad que recupera a través del surrealismo. Según sus propias palabras, apela a un “impulso mágico” y escribe que su arte “pretende descubrir lo invisible, sugerir sortilegios, poner en juego las verdades todavía insospechadas”.
Su obra se inscribe en la línea que observa la historiadora del arte Whitney Chadwick, quien arriesga que para las mujeres artistas el surrealismo ha sido un camino para reimaginar la vida y que sus capas de significado han expresado el deseo femenino de transformación y emancipación, posibilitando una vía que permite la reinvención a través de la visión mágica del mundo.
El Museo Castagnino recibe y exhibe este conjunto de pinturas, destacándolo como un contexto fundamental para las dos obras donadas por su familia en enero de 2025: un óleo de la serie Homenaje al Reino Vegetal realizado en 1963 y una témpera fechada en 1981. Ambas piezas enriquecen la colección, amplían el conjunto de obras de mujeres artistas y particularmente contribuyen con su originalidad a una lectura más amplia del período comprendido entre 1960/80 y de las corrientes que recuperaron el universo de lo inconsciente y lo onírico.
María de la Paz López Carvajal
BIO
JUANA BUTLER
Con una definida vocación por el arte, a los catorce años Juana Butler (Buenos Aires, 1928 - 2017) se inició en la pintura junto a su tío Horacio Butler y comenzó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Luego, continuó su formación junto al maestro Juan Batlle Planas. Participó, entre otras exposiciones colectivas, del Segundo Salón de la Joven Pintura Argentina en el Instituto de Arte Moderno (1950) y en el Premio Ver y Estimar en el Museo Nacional de Bellas Artes (1961, 1962); integró la muestra realizada en la Sociedad Hebraica llamada Tendencias Surrealistas en la Argentina (1965), de la muestra Autorretratos organizada por la Galería Rubbers junto a Roberto Aizenberg, Juan Batlle Planas, Antonio Berni, Juan Grela, Ricardo Garabito y Emilio Pettoruti, entre otros (1966) y participó de la Exposición Surrealista Homenaje a Juan Batlle Planas en la Galería Proar (1967). Realizó su primera exposición individual en la Galería Antígona (1955). También expuso sus pinturas en Van Riel (1959), Rubbers (1961, 1962), Arte Nuevo (1974), Ruth Benzacar (1977),Galería del Retiro (1980), Jacques Martínez (1985), entre otras. En 1978 representó al país en la I Bienal Latinoamericana de Arte de San Pablo con el envío de 15 obras de la serie Orígenes y Exhalagos. En 2003, se realizó una retrospectiva de su obra en el Centro Cultural Recoleta. Sus obras forman parte de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Museo de Arte Moderno y reconocidas colecciones privadas.
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