Si bien la colección donada al museo por Celia, Héctor y Maria Antonia Astengo en conocida por sus piezas de escuelas europeas de siglo XIX, telas de old masters propiedad de Enrique Astengo padre fueron exhibidas en las primeras muestras de colecciones privadas locales. Entre ellas, la María Magdalena Penitente atribuida a Guido Reni que integró el conjunto de obras de la Exposición de Arte Retrospectivo que organizó El Círculo en el año 1923 con el objetivo de facilitar la exhibición de obras de mérito que, por pertenecer a colecciones particulares no pueden estar libres a la visión de las gentes. En 1950 y cedida por Celia Astengo, la misma obra participó de la muestra Arte Retrospectivo Religioso, realizada en el Museo Histórico Provincial Julio Marc1.
En 2009 y ya desestimada su antigua atribución, ingresó a la colección del museo gracias a la donación de la última de las hijas de Astengo, María Antonia, que atesoró la pintura que había pertenecido a su padre intentando resolver su atribución hasta su muerte.
La imagen de Maria Magdalena apasionó a los pintores del siglo XVII, entre ellos al boloñés Guido Reni (1575- 1642) cuyas versiones de la santa circularon masivamente en estampas, devocionarios y miniaturas. Probablemente la semejanza de la composición de nuestra pintura con la María Magdalena Penitente de 1638 -hoy en el Museo Walters de Baltilmore, Estados Unidos-, justifique su antigua atribución. La imagen ha sido invertida del modelo original, por lo que es probable que la iconografía haya sido copiada de una estampa, práctica habitual en los talleres de pintura de siglo XVII.
La tela mantiene los rasgos típicos de la imagen contrarreformista de Maria Magdalena: el pelo largo, suelto, que cae sobre su cuerpo apenas cubierto con paños, los ojos cubiertos de lágrimas mirando hacia el cielo y entre su repertorio de atributos, lleva el vaso de ungüentos y el crucifijo, símbolo de la redención que acompaña sus meditaciones.
Anónimo