El Barrilete corresponde a la etapa de producción que nuestro artista inició en el año 50 y que coincide con la creación del Grupo Litoral junto a Juan Grela, Francisco García Carrera, Hugo Ottman, Alberto Pedrotti, Gutiérrez Almada, Carlos Uriarte y Ricardo Warecki. Dos años más tarde, también se unirían Froilán Ludueña y Pedro Giacaglia. Su manifiesto, expresaba la voluntad de ponerse “al servicio del hombre de hoy y de su nuevo espíritu” con su arte, anteponiendo y celebrando la libertad como condición fundamental.[1]
En la década del 50, la lección de Torres García y el espíritu constructivista influyeron la obra de Gambartes. Sin abandonar la figuración, hizo suyos los principios de Universalismo Constructivo y los adaptó a sus intenciones: organizó sus figuras en el plano ortogonal y geométrico apoyado en la sección áurea y revivió mitos, leyendas y supersticiones vernáculas. Desarrolló una técnica nueva y personal que llamó cromo al yeso, ideada para potenciar el sentido americanista de sus temas y que se adaptaba a uno de los fuertes condicionantes de su obra que era su visión.[2] La pintura se realizaba sobre un cartón que el artista imprimaba con cola y yeso: la disponía con espátula y pincel y luego la lijaba. Luego, pintaba con acuarela o con óleo y en ocasiones, sobre el óleo fresco superponía un papel que enseguida levantaba para obtener texturas. Lograba una superficie mate, seca y absorbente que trabajaba con pinceladas superpuestas de distinta saturación y valor que le permitían veladuras sutiles. Luego rayaba y punteaba con el cabo del pincel y el fondo emergía sobre la pintura. Esta técnica se convirtió en su lenguaje definitivo y potenció la capacidad expresiva de los temas elegidos que exploraban la cultura americana en clave local: arquetipos, leyendas y creencias del litoral argentino fueron sus argumentos cuando “hizo suya la problemática de Torres sobre [la existencia] de un arte americano.[3]
En El barrilete Gambartes representa dos mujeres armando lo que también conocemos como cometa: comúnmente realizado con papel o tela y caña, vuela al ser conducido mediante cuerdas. Barrilete es su nombre vernáculo y ha sido tema de infinidad de obras de arte a través del mundo y de las épocas, siempre asociado a sus posibilidades de significación simbólica. Gambartes alude a la cooperación femenina, a la cotidianidad materna y doméstica y transforma en ritual la fabricación de uno de los juguetes más antiguos y universales si los hay, en los confines de litoral y sin referencia temporal. El barrilete lleva impresa la figura de una serpiente, un animal cuyo significado posee un fecundo alcance en las tradiciones míticas locales y universales.[4]
MPLC
[1] En Giunta, Andrea, “Leonidas Gambartes. Cronología”, en Gambartes, Buenos Aires, Fundación Gordon para el Desarrollo de las Artes, 1992, p. 145
[2]Según Emilio Ellena, los primeros cromos al yeso de Gambartes son de 1950 y probablemente su antecedente hayan sido las tintas que el pintor cubano Mario Carreño expuso en Bonino (Buenos Aires) en 1949, realizadas sobre papeles al yeso adquiridos en Estados Unidos. En Giunta, ibidem, p. 143
[3]En Canakis, íbidem, p. 30.
[4]Vale destacar el juego de sentidos, ya que el origen de su nombre en francés es serp-volante o serpiente voladora.
Gambartes, Leónidas
Rosario, 1909
Rosario, 1963
En 1927 ingresó al Ministerio de Obras Públicas, donde trabajó toda su vida.
Su temprano interés por la fotografía lo llevó a capturar aspectos de la realidad circundante. Barrios suburbanos, paisajes del litoral y habitantes de las riberas fueron algunas del las temáticas que retomó en su obra pictórica posterior. Hasta fines de los años 30 realizó acuarelas naturalistas, tomando el entorno de Rosario como referente.
En 1932, el artista participó como miembro fundador del grupo Refugio, para el cual diseñó su emblema. Dos años más tarde, formó parte de la fundación de la Mutualidad Popular de Estudiantes y Artistas Plásticos, junto con Antonio Berni, Domingo Garrone y Arturo Roger Pla, entre otros plásticos rosarinos. En esos años, Gambartes descubrió a artistas como Paul Cézanne, Vincent Van Gogh, Paul Gauguin y Pablo Picasso.
Luego de esa experiencia, entre 1937 y 1941 llevó a cabo unas témperas llamadas Cartones humorísticos, con cierta referencia surrealista.
En 1942 realizó su primera muestra individual en AAR, y en la Galería Müller de Buenos Aires.
Durante el período 1942-1945 realizó Dibujos oníricos. Más tarde exploró distintas técnicas y temáticas. Se alejó del plano descriptivo para organizar las figuras en el plano ortogonal y geométrico, apoyadas en la sección áurea. De ese período, son las barriadas y los personajes mágicos.
En la década del 50, Gambartes cofundó el Grupo Litoral junto con Juan Grela, Carlos Uriarte, Oscar Herrero Miranda, Francisco García Carrera y Hugo Ottmann, entre otros.
La agrupación, que alcanzó reconocimiento nacional y convocó a un público indiferente hasta el momento, planteó un compromiso con el hombre actual y sus nuevas realidades, a partir de las vivencias del lugar. Sus integrantes se opusieron a las formulas académicas coartadoras de la libertad creadora, abogando por el uso de nuevos lenguajes. Si bien cada uno adoptó un estilo propio, el compromiso con los orígenes se plasmó en las imágenes de los paisajes del Litoral y la vida de sus habitantes.
Por entonces, el artista revivió mitos, leyendas y supersticiones aborígenes de la zona litoraleña.
Tanto los temas como la implementación de una nueva y personal técnica -el cromo al yeso- definieron su estética y perfilaron el sentido americanista de su producción.
Para realizar sus obras, el autor preparó cartones con cola y yeso, cuyas superficies lijó una vez secas. De ese modo, obtuvo una plano mate y absorbente, donde las pinceladas superpuestas de óleos o acuarelas permitieron sutiles veladuras. En ocasiones, sobre la pintura fresca superpuso papeles para lograr texturas. Además, el rayado y el punteado de la superficie posibilitaron que el fondo emerja sobre el color ya colocado.
Esa técnica se convirtió en el lenguaje definitivo de Gambartes que, gracias a su calidad mineral, expresó el color de la tierra con cierta evocación arcaica. La predominancia de pigmentos ocres y azules otorgó un matiz característico a su producción.
Maternidad en gris responde a los lineamientos propuestos por el Grupo Litoral, quedando inmersa en dicho contexto.
En esta obra de factura despojada es factible vislumbrar el interés por un determinado tipo social. Asimismo, constituye un ejemplo contundente del ámbito que el autor decidió explorar en aquel entonces: el mundo femenino pero cotidiano, en el cual habitan lavanderas, hechadoras de naipes y conjurantes. En este caso, Gambartes apeló a la mujer en su rol de madre.
Personajes también responde claramente a la mencionada etapa. Con una paleta de tintes quebrados y terrosos, el artista supo captar el contexto en el que se hallan inscriptas las figuras de la representación, aludiendo a determinadas poblaciones lugareñas.
Esta relevante figura dentro del campo artístico local expuso sus obras individual y grupalmente, en Rosario, Santa Fe y Buenos Aires. Con el paso del tiempo, su producción también se mostró en distintas ciudades de Europa y Estados Unidos.
Participó en las bienales de Venecia y de San Pablo. Entre sus distinciones, cabe destacar: Medalla de Plata, Bienal de Venecia 1956, Primer Premio, Salón del Litoral 1957 y, Medalla de Plata, Exposición Internacional de Bruselas 1958. Importantes colecciones oficiales y privadas poseen obra suya.